Un artículo publicado en el blog del banco Mundial, escrito por Kristalina Georgieva, ex directora general del Banco Mundial; Tedros Adhanom Ghebreyesus, director-general; World Health Organization (WHO), David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial, y Ngozi Okonjo-Iweala, director general, World Trade Organization, titulado “Un nuevo compromiso con la equidad vacunal y la derrota de la pandemia”, plantea que la vacunación es clave y este tema será tratado en el G7 esta semana.
Una de las prioridades en los preparativos que se están realizando para la cumbre del G-7 que se celebrará esta semana en el Reino Unido es estudiar maneras de poner fin a la pandemia de covid-19 y conseguir que el mundo se recupere de ella.
A estas alturas ha quedado muy claro que no habrá una recuperación generalizada si no se pone fin a la crisis sanitaria. El acceso a la vacunación es clave para ambas cosas, puntualizan.
Se han producido avances impresionantes en el frente de la vacunación. Los científicos han creado múltiples vacunas en un tiempo récord. Una financiación pública y privada sin precedentes ha apoyado la ampliación de la investigación, el desarrollo y la fabricación de vacunas. Sin embargo, persiste una peligrosa brecha entre los países más ricos y los más pobres.
De hecho, mientras que en algunos países prósperos se debate acerca de la administración de dosis de refuerzo a la población, la gran mayoría de las personas de los países en desarrollo, entre ellas incluso los trabajadores de la salud de primera línea, no han recibido la primera dosis. Los más desprovistos son los países de ingresos bajos que han recibido menos del 1 % de las vacunas administradas hasta la fecha.
Cada vez más, la pandemia se está desarrollando a dos velocidades, debido a que los países más ricos tienen acceso a las vacunas y los más pobres se están quedando atrás.
La inequidad en la distribución de las vacunas no solo expone a un número incontable de personas al riesgo de infectarse por el virus, sino que también está permitiendo la aparición de variantes letales que acaban causando infecciones en todo el mundo, sostienen.
A medida que las variantes siguen propagándose, incluso los países con programas de vacunación avanzados se han visto obligados a imponer de nuevo medidas de salud pública más estrictas, y algunos han aplicado restricciones a los viajes.
A su vez, la pandemia en curso está provocando una divergencia cada vez más profunda en las economías, lo que tiene consecuencias negativas para todos, señalan.
“No tiene por qué ser así. Por eso hacemos hoy un llamamiento a favor de un nuevo nivel de apoyo internacional para la formulación y aplicación de una estrategia acelerada, coordinada y respaldada por una nueva financiación con el fin de vacunar a todo mundo”, sugieren.