Después de dos años de operación comercial, la generadora hidroeléctrica San José en Bolivia, financiada en un 33% por un crédito de CAF -banco de desarrollo de América Latina, está coadyuvando con el cuidado del medioambiente al desplazar el uso de más de 8.000 millones de pies cúbicos (MMPC) de gas natural al año en termoeléctricas, con la consecuente e importante reducción de emisión de dióxido de carbono (CO2) en el país.
La hidroeléctrica San José está conformada por dos centrales hidroeléctricas, San José 1 y San José 2, entre ambas producen aproximadamente 684.740 MWh/año de energía limpia y renovable, los mismos que son inyectados al Sistema Interconectado Nacional (SIN) para satisfacer la demanda energética del país de forma segura.
CAF prioriza el apoyo a inversiones de proyectos de energía renovables y eficientes como San José, que coadyuvan al cambio de la matriz energética, contribuyen a la reducción de las emisiones de CO2 y ayudan a cumplir con el acuerdo de Paris de 2015, y a la vez cumplir con las contribuciones de electricidad que se determinan en Bolivia.
De acuerdo a la Cámara Boliviana de Electricidad, hasta el año 2019 -en el país- el 61,7% de la energía se generaba a través de plantas térmicas, a partir del gas natural y el 38,3% en base a fuentes renovables (34% hidroeléctricas, 1,6% biomasa, 1,9% solar y 0,7% eólico).
La hidroeléctrica San José, con sus dos centrales, actualmente tiene la capacidad de generar un total de 124 MW, que equivale a cubrir el 10% de la demanda interna de electricidad boliviana. El costo total de la obra fue de 287,52 millones de dólares, de los cuales CAF financió 94,88 millones.
El Plan Óptimo de Expansión del Sistema Interconectado Nacional 2012 – 2022 (POES), catalogó al Proyecto Hidroeléctrico San José como el más ventajoso para los intereses del país, dado el aprovechamiento que hace de las aguas turbinadas provenientes de las centrales de Corani y Santa Isabel, del departamento de Cochabamba.
La hidroeléctrica contribuye a superar las reservas de energía eléctrica, tal como lo exigen las normas, y además asegurar la demanda de energía del país. Asimismo permite el ahorro y excedente de electricidad, que conforme avancen las políticas nacionales podrían ser dirigidas al mercado de exportación, generando importantes divisas para el país. La planta de San José a la fecha generó más de 1.000 empleos directos en todo su proceso (construcción y funcionamiento).
La generación de San José representa aproximadamente 25% de la capacidad de generación hídrica, convirtiendo al futuro complejo Corani-Santa Isabel-San José, en el más grande de Bolivia, ya que ahora aporta un volumen de energía cercano al 20% de la capacidad de generación actual del país.
Por otro lado, las dos centrales que componen esta hidroeléctrica han ampliado la cascada del embalse Corani, incrementando el aprovechamiento de sus aguas almacenadas. Otra ventaja surgió a partir del conocimiento y experiencia de su automatización (manejo u operación remota) para una posterior implementación y aplicación en otras centrales hidroeléctricas, como Corani y Santa Isabel.
Estas inversiones en energía renovables forman parte del compromiso de CAF de trabajar a favor del desarrollo sostenible y la integración latinoamericana como pilares fundamentales para lograr una sociedad y un sistema financiero crecientemente incluyente, con impactos positivos en los ecosistemas y resiliente a los vaivenes climáticos.