“A la fecha se pretende reactivarla generando los excedentes necesarios a partir de la producción de 2.100 toneladas de urea granulada de buena calidad, para lo que se retomó el mantenimiento de equipos con personal especializado”, mientras se trabaja paralelamente para recuperar los mercados con los que se contaba”, dijo Lapaca.
Como se recordará, desde su inauguración la PAU paralizó operaciones constantemente, y las autoridades indicaron que la misma obedecía a mantenimiento de la misma, sin embargo la paralización fue cuestionada puesto que no llegaba al año y ya paralizó operaciones.
El 2020 la situación de la pandemia provocó la paralización de la PAU debido a la falta de mercado y sotck acumulado de producto. Y también por la baja producción de gas.
Aunque las autoridades del sector mantienen su discurso contra el Gobierno de Jeanine Añez, al indicar que no se realizó ningún mantenimiento de equipos y no se contó con personal capacitado para su funcionamiento.
Desde el inicio del proyecto de la planta los expertos plantearon la ubicación cerca a los campos hidrocarburíferos y los mercados externos, pero el Gobierno de Evo Morales lo hizo en Bulo Bulo, Cochabamba.
La anterior administración analizó su traslado y el costo que demandaría la iniciativa, pero la pandemia modificó las prioridades.
Las actuales autoridades aseguran que la paralización generó una pérdida de 200 millones de dólares.
Respecto a los cuestionamientos de algunos analistas, Lapaca precisó que “la planta no está demorada; sólo cumplimos con los tiempos correspondientes y la planificación realizada. Esta planta petroquímica de Bolivia es una de las más sofisticadas de Latinoamérica, por lo que se necesita mucho cuidado y responsabilidad para ponerla en funcionamiento”.