Ante el incremento de alimentos en el mundo a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania, el precio del trigo se elevó en el mercado internacional, y otros cereales, como la soya. Bolivia importa una cantidad significativa de materia prima para la elaboración de harina, y distribuye a los panificadores.
En las redes sociales economistas alertaron del incremento de la subvención a los alimentos. La producción de trigo nacional no es suficiente para abastecer el mercado nacional, por lo que se tiene que importar a precios internacionales.
En ese contexto, el gerente de esa empresa estatal, Franklin Flores, indicó que en 2021 Emapa sembró cerca de 80.000 ha de trigo en el país, por lo que acopió 130.000 t de ese grano y produjo 1,6 millones de quintales de harina para abastecer la demanda de los panificadores.
“De aquí a dos semanas, entramos nuevamente a sembrar trigo. Ya tenemos planificado sembrar alrededor de 100.000 hectáreas de trigo en toda Bolivia y pensamos acopiar, eso dice el plan, 200.000 toneladas de trigo, ya en septiembre de este año”, dijo en contacto con Bolivia TV.
Explicó que ese volumen de trigo acopiado en los silos de la empresa estatal, en 2023 será transformado en harina y distribuido en quintales (qq) a los panificadores, con la finalidad de garantizar el pan a precio y peso justo a las familias bolivianas.
“La demanda mensual del sector panificador es de 90.000 quintales de harina en todo el país (…). Si el sector panificador demandará más volumen de harina nosotros tenemos para abastecer”, afirmó.
Aclaró que tomando en cuenta que la demanda de los panificadores por año oscila en alrededor de 1 millón de qq de harina y Emapa produjo 1.600.000 qq, entonces son 600.000 qq de reservas en los almacenes de esta compañía.
En ese contexto, Flores ratificó que, en el marco de la seguridad alimentaria, esta empresa estatal garantiza el abastecimiento de harina a los panificadores, por lo que el precio y peso del pan se mantiene en todo el territorio nacional.
El precio que fija el gobierno a la producción de trigo no se compara a la del mercado exterior, por lo que no es un incentivo alentador la oferta que hace el gobierno a los productores nacionales. ABI y el diario