El ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina, el jueves, aclaró que los sueldos de la Planta de Amoniaco y Urea (PAU) están en el estándar de cualquier operador petrolero en el país y desvirtuó que los salarios sean excesivos para ese sector, porque los mismos son un 50 % menores que los pagados cuando se inició el complejo.
Mientras tanto, replicaron en las redes sociales las críticas sobre los elevados sueldos en una empresa estatal que todavía no opera al 100 %, ya que en el sector privado los rendimientos son más altos que en las públicas.
La máxima autoridad del sector hidrocarburos del país explicó que “en 2017, la PAU era operada por Samsung y tenía costos operativos de aproximadamente 88,89 millones de dólares y YPFB Refinación paga ahora, por ello, 44,3 millones. Es una reducción de 50 % de recursos”.
Además, las críticas de los expertos en el tema apunta a que los altos cargos y sueldos debieron contratarse mediante una licitación internacional y no de manera directa.
Indicaron que la persona que ahora gana un sueldo alto, con Samsung tenía seis veces menos al monto que ahora se la cancela.
Pero el ministro Molina aclaró que la PAU es uno de los complejos petroquímicos más modernos de la región y, por lo tanto, contrató personal calificado con más de 30 años de experiencia para el correcto funcionamiento del mismo y evitar cualquier riesgo que pueda afectar la producción y seguridad del complejo.
Además, en este momento la PAU tiene jefes de planta bolivianos. La transferencia de conocimiento, de know-how, está en curso y tiene personal nacional en cargos estratégicos.
No quiso responder a los periodistas la planilla de costo que se paga a extranjeros y solo indicó los porcentajes que operan bolivianos y extranjeros.
Respecto al cuestionamiento del salario de un profesional extranjero, la autoridad enfatizó que “antes de la nacionalización de los hidrocarburos, las empresas privatizadas pagaban sueldos mensuales de unos 60 mil dólares”.