Latinoamérica crecerá solo 2,4 %, mientras tres países sudamericanos registrarán recuperación económica. Bolivia no figura en el nuevo informe de proyecciones del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En parte el documento señala que los países con altos niveles de deuda requerirán recursos internacionales para encarar el nuevo freno que puso la variante del covid-19, ómicron, al crecimiento de las economías.
Gita Gopinath es la primera Subdirectora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), y fue la encargada de presentar el informe del organismo, e indicó que el crecimiento se enfría mientras las economías luchan con perturbaciones en el suministro, el avance de la inflación, niveles históricos de deuda y persistente incertidumbre.
Bolivia ya viene con proyecciones de crecimiento menor a la de 2021 de parte del Banco Mundial (BM) y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), menos de 4 %.
Mientras el Gobierno fija un 5,1 % para la presente gestión, y el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, dijo el pasado domingo que harán todos los esfuerzos para cumplir con esta cifra.
La responsable del FMI asegura que la recuperación mundial continúa pero se enfrenta a múltiples dificultades al comienzo del tercer año de la pandemia.
“La rápida propagación de la variante ómicron ha llevado a muchos países a reimponer restricciones a la movilidad y agudizado la escasez de mano de obra. Los trastornos del suministro aún lastran la actividad y están empujando la inflación al alza, acrecentando las presiones generadas por una vigorosa demanda y los elevados precios de los alimentos y la energía”, dice.
Además, como consecuencia de los niveles históricos de deuda y del avance de la inflación, muchos países tienen problemas para hacer frente a las renovadas perturbaciones, advierte.
La última edición de Perspectivas de la economía mundial del FMI prevé que, si bien la variante ómicron lastrará la actividad del primer trimestre de 2022, ese efecto comenzará a desvanecerse a partir del segundo trimestre.
“Para este año, proyectamos un crecimiento mundial de 4,4 % —0,5 puntos porcentuales menos que en el pronóstico anterior— principalmente debido a rebajas del desempeño de Estados Unidos y China. Los trastornos del suministro han llevado a recortar las proyecciones para otros países, como Alemania. Se prevé que el crecimiento mundial disminuirá a 3,8 % en 2023”, señala.
La representante del FMI señala que el informe proyecta que las economías avanzadas retomarán la tendencia previa a la pandemia este año, varias economías de mercados emergentes y en desarrollo sufrirían significativas pérdidas del producto a mediano plazo. “Según las estimaciones, en 2021 había alrededor de 70 millones más de personas indigentes que lo que medían las tendencias antes de la pandemia, lo cual significa que la lucha contra la pobreza retrocedió varios años”, asegura.
Gopinath explica en su blog, que será necesario impulsar una campaña mundial para generalizar la inmunización, las pruebas de detección y el acceso a terapias, incluidos los flamantes medicamentos antivirales.
“En este momento, apenas 4 % de la población de los países de bajo ingreso está completamente vacunada, frente a 70 % en los países de ingreso alto. Además de garantizar un suministro previsible de vacunas para los países en desarrollo de bajo ingreso, se debería brindar asistencia para estimular la capacidad de absorción y mejorar la infraestructura sanitaria”, recomienda.
Sostiene que es urgente cerrar el déficit de 23.400 millones de dólares en el financiamiento del Acelerador del acceso a las herramientas contra el covid-19 (ACT, por sus siglas en inglés) y promover las transferencias de tecnología para acelerar la diversificación de la producción mundial de herramientas médicas críticas, sobre todo en África.
Advierte que a medida que la política monetaria se vaya endureciendo a nivel más amplio este año, las economías tendrán que adaptarse a un entorno mundial caracterizado por tasas de interés más altas.
“Las economías de mercados emergentes y en desarrollo con un elevado endeudamiento en moneda extranjera y necesidades de financiamiento externo deberían prepararse para la posibilidad de turbulencia en los mercados financieros, prolongando en la medida de lo posible los vencimientos de las deudas y conteniendo los descalces de monedas. La flexibilidad cambiaria puede ayudar con el ajuste macroeconómico necesario”, opina.
Al comienzo del tercer año de la pandemia, se han perdido 5,5 millones de vidas en el mundo entero, y las pérdidas económicas se aproximarían a USD 13,8 billones hasta fines de 2024, en relación con los pronósticos previos a la pandemia. Estas cifras habrían sido mucho peores sin la extraordinaria labor desplegada por científicos y la comunidad médica, y las rápidas y contundentes políticas de respuesta lanzadas a nivel internacional.
Ante el avance de las tasas de interés, los países de bajo ingreso, 60 % de los cuales ya se encuentran en situación crítica por sobreendeudamiento o corren un gran riesgo de caer en ella, tendrán crecientes dificultades para atender el servicio de sus deudas, señala a tiempo de indicar que el Marco Común del G-20 debe ser modificado para acelerar las reestructuraciones de las deudas, y los acreedores privados y del G-20 deberían suspender el servicio de la deuda mientras se negocian las reestructuraciones.