El actual desborde del contrabando es el mayor generador de desempleo en el país, aseguran y recuerdan que en 1999, el contrabando alcanzó a 1.000 millones de dólares y en 2019 llegó a 2.300 millones, y para el 2020 se estimó que la cifra supera los 3.000 millones, como producto de los efectos económicos de la pandemia y la devaluación de las monedas de países vecinos.
El impacto del contrabando sobre la economía se estima entre 2 a 3 % del Producto Interno Bruto. En las fronteras, como Bermejo, Yacuiba, Villazón con la Argentina; Puerto Quijarro con el Brasil, Kasani y Desaguadero con el Perú y Pisiga y Tambo Quemado con Chile, la circulación se da por “contrabando hormiga”, o en comboys de transporte pesado.
El impacto directo del contrabando es una competencia desleal y desigual con la producción nacional. Se genera una caída de ventas de productos nacionales que afecta a la inversión, producción, generación de empleo y aportes tributarios. El contrabando no paga impuestos internos ni aranceles, no cumple con medidas fitosanitarias y genera depauperación en la economía y en las familias bolivianas, señala una nota de prensa.
ESTRATEGIA
El contrabando es la “segunda pandemia para la industria”, puesto que ejerce una competencia desigual y desleal con la industria formalmente constituida que paga impuestos, aportes a la seguridad social de corto y largo plazo, aportes patronales, entre otras obligaciones fiscales, que son asumidas por las industrias formales.
El contrabando es el principal impulsor de la informalización de la economía. La informalidad en general “es una característica de países en vías de desarrollo, como Bolivia, donde la economía informal se desarrolla en un contexto de pobreza a nivel urbano y rural, altas tasas de desempleo, subempleo, desigualdad de género y trabajo precario, inseguro y mal pagado.
El contrabando es el mayor problema que hoy experimenta la industria con serios efectos de desindustrialización nacional. La Cámara Nacional de Industrias – CNI, junto a las cámaras departamentales han desarrollado y se encuentran implementando una Estrategia Nacional de Lucha contra el Contrabando, expreso el presidente de la CNI, Ibo Blazicevic.
La Estrategia Nacional de Lucha contra el Contrabando tiene cuatro pilares: Una intensa campaña de comunicación de concientización de Lucha contra el Contrabando; acciones legales para reducir la sanción penal al contrabando de 200 mil UFVs (valor del tributo omitido) a 10 mil UFVs (mismo que era el 2003); estudios económicos de cuantificación del contrabando por sectores y su impacto sobre el empleo, producción e impuestos; y gestiones con entidades públicas para incrementar las acciones y operativos de lucha conjunta contra el contrabando.