Las sanciones económicas aplicadas a Rusia, por la invasión a Ucrania tendrán doble efecto en la economía mundial y también en el país. Los créditos encarecerán, la inflación aumentará y los precios de alimentos subirán y no se podrá aprovechar al 100 % los valores altos de los commodities en el mercado internacional, debido a su incapacidad de subir la producción, según un análisis realizado por la Ruta de la Democracia.
La baja inflación registrada en el país obedeció al contrabando, y ahora los países de la región deberán controlar las devaluaciones que realicen ante el escaso financiamiento externo, ya que los mismos se encarecerán y se destinarán a la reconstrucción de Europa, y por lo tanto sus productos subirán de precios, y llegarán al país un poco más altos de lo habitual.
El 2021 los países de la región devaluaron sus monedas y los productos bajaron de precio, y llegaron a Bolivia vía contrabando a valores por debajo de los nacionales, lo que provocó una inflación baja.
La invasión de Rusia a Ucrania provocó una serie de desajustes a nivel internacional, y los precios de las materias primas subieron, en especial el petróleo y los minerales, pero también algunos granos.
Por ejemplo, el trigo elevó su costo en el mercado internacional, ya que la oferta no acompaña a la demanda mundial, y Bolivia ya sintió los efectos de esta situación, y se reflejó en el malestar de los panaderos, que anunciaron la subida del pan de batalla, aunque luego el Gobierno en diálogo con el sector acordó garantizar el abastecimiento para mantener el precio fijado.
Pero también se observó con el maíz y el sorgo, que se destinan para la alimentación de pollos y ganado, y que a través de un decreto ingresó en la franja de control mediante los certificados de abastecimiento y precio justo, y se prohibió la exportación de ambos hasta fin de año.
La situación no está del todo controlada en el caso de los panaderos, ya que no solo la harina subió de precio también los insumos, como la manteca, que pasó de 200 bolivianos a 230.
El economista y exdirector del Banco Central de Bolivia, Gabriel Espinoza, en su análisis sobre los efectos en la economía global y en Bolivia, a consecuencia de la guerra en Ucrania, dijo que el paquete de sanciones contra Rusia afectó a las empresas y a las familias rusas.
Ucrania y Rusia son productores del 13 % del trigo a nivel mundial, pero son exportadores del 30 %, y es por ello los efectos en este grano en el mercado internacional, se refleja en el alza de su valor.
Anticipa que la situación bélica provocará disminución de flujos económicos a nivel mundial, es decir recursos de Europa no saldrán a otras regiones del mundo, ya que se destinarían a la reconstrucción de algunas zonas.
Otro efecto que provoca el conflicto bélico es el encarecimiento de los créditos en el mercado internacional, y Bolivia ya vivió esta situación el año pasado, pero también en 2022 con los bonos soberanos de 2.000 millones de dólares, ya que solo logró 850 millones, a una tasa mayor.
Recuerda que Bolivia tenía un colchón, la baja inflación relacionada con el contrabando, debido a que el 2021 los países de la región devaluaron duramente sus monedas, pero ahora controlarán debido a que no podrán acceder a financiamiento externo por causa de la guerra.
Señaló que el país importó deflación por los precios bajos de bienes de consumo masivo, incluso productos de la canasta básica, como la papa, ni que decir de la harina, que cubre el 80 % de la demanda nacional.
Dijo que por el lado financiero el país no registrará impacto, pero sí por la inflación y por la incapacidad de aprovechar los precios altos, debido a que el aparato productivo está estresado, con limitaciones de ampliar la producción.
“Tenemos una capacidad de respuesta limitada”, lamentó al indicar que a los países manufactureros probablemente les vaya mejor.
Minerales
Espinoza auguró un panorama alentador para los minerales, al indicar que los precios seguirán en alza, debido a la demanda que requerirá el mercado mundial, ya sea para la fabricación de automóviles o para acelerar el cambio de matriz energética.
Mientras que el panorama para Bolivia es poco alentador, debido a que la balanza energética cayó desde el 2019 y se profundizó en 2021; y en el caso de los alimentos, subirán y se pondrá en duda la seguridad alimentaria.
Al igual que otros países de la región, Bolivia tendrá dificultades de acceder a créditos externos.
SUBSIDIOS
Entre tanto, el economista y docente de la Universidad Católica Boliviana, Gonzalo Chávez, en entrevista con la Red Uno, alertó del incremento de los subsidios tanto para alimentos como para los combustibles, por efecto de la guerra que ha provocado un aumento del precio de los commodities en el mercado mundial.
El año pasado el subsidio a los combustibles llegaron aproximadamente a los 2.000 millones de dólares, y en la actual situación puede provocar un incremento, si los precios continúan su tendencia ascendente.
Energético
Por otro lado, la economista Susana Anaya, que también fue parte del análisis de la guerra de Ucrania en la Ruta de la Democracia, explicó que la política de transición energética trajo sus consecuencias a nivel mundial, ya que provocó desincentivos a la exploración y explotación.
Y eso se observó, cuando en 2021 la oferta de petróleo y gas no pudo satisfacer la demanda existente, ya que la reacción fue lenta, provocada por la falta de incentivos al sector petrolero, agregó.
Esos desfases de la demanda y oferta han provocado el incremento de los precios. Recuerda que en 2021 la cifra del valor del crudo cerró con 72 dólares luego de comenzar el año con 50 dólares.
Pero en enero y febrero de la presente gestión, el valor osciló entre 80 a 90 dólares, y en el presente mes llegó a 140 dólares el barril de petróleo.
El gas también incremento su precio, sobre todo el LNG (Liquefied Natural Gas), y esta situación pone en vilo al proceso de transición energética.
Sostiene que las energías renovables no son seguras, ya que son intermitentes, dependen del clima y los cambios meteorológicos, mientras que las no renovables son todo lo contrario, son continuas y confiables.
UNCTAD
Por otro lado, una evaluación de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) sobre el impacto de la guerra más allá de la crisis humanitaria en Ucrania muestra un rápido empeoramiento de las perspectivas para la economía mundial, con una situación especialmente alarmante para los países menos adelantados.
Una evaluación rápida de la Unctad sobre el impacto en el comercio y el desarrollo confirma un rápido empeoramiento de las perspectivas de la economía mundial, respaldado por el aumento de los precios de los alimentos, los combustibles y los fertilizantes.
El informe publicado el 16 de marzo también muestra una mayor volatilidad financiera, desinversión en desarrollo sostenible, reconfiguraciones complejas de la cadena de suministro global y costos comerciales crecientes.
“La guerra en Ucrania tiene un costo enorme en sufrimiento humano y está sacudiendo la economía mundial”, dijo la secretaria general de la Unctad, Rebeca Grynspan, en un comunicado.
“Todos estos impactos amenazan los avances logrados hacia la recuperación de la pandemia de covid-19 y bloquean el camino hacia el desarrollo sostenible”, agrega.
LAS DIS ‘F’ FUNDAMENTALES
Abunda la preocupación por las dos “F” fundamentales de los mercados de productos básicos: alimentos y combustibles.
Ucrania y Rusia son actores mundiales en los mercados agroalimentarios y representan el 53 % del comercio mundial de aceite y semillas de girasol y el 27 % del comercio mundial de trigo.
Esta situación en rápida evolución es especialmente alarmante para los países en desarrollo. Hasta 26 países africanos, incluidos algunos países menos adelantados, importan más de un tercio de su trigo de los dos países en guerra. Para 17, la participación es más de la mitad.
“El aumento vertiginoso de los precios de los alimentos y los combustibles afectará a los más vulnerables de los países en desarrollo y ejercerá presión sobre los hogares más pobres, que gastan la mayor parte de sus ingresos en alimentos, lo que provocará penurias y hambre”, dijo la Sra. Grynspan.
Según cálculos de la Unctad, en promedio, más del 5 % de la canasta de importaciones de los países más pobres está compuesta por productos que probablemente enfrentarán un alza de precios debido a la guerra. La proporción está por debajo del 1 % para los países más ricos.
RIESGOS DE DISTURBIOS CIVILES
No se puede descartar el riesgo de disturbios civiles, escasez de alimentos y recesiones inducidas por la inflación, dice el informe, particularmente dado el frágil estado de la economía global y el mundo en desarrollo debido a la pandemia de covid-19.