La pandemia impactó severamente en la región, causando un retroceso económico sin precedente y una fuerte caída del empleo y la producción en momentos de enorme transformación en el mundo del trabajo. En este contexto, el aporte de las tecnicaturas o carreras terciarias, usualmente de dos o tres años de duración y orientadas al mercado de trabajo, podría ser de gran ayuda en la generación de empleo ya que ofrecen salidas laborales relativamente rápidas y bien remuneradas, según el reporte “La vía rápida hacia nuevas competencias: programas cortos de educación superior de América Latina y el Caribe”.
Para ello, los países de la región deberían promover la expansión y mejor calidad de estos programas, a fin de beneficiar a un mayor número de personas y contribuir a generar rápidamente el capital humano necesario para la recuperación económica y el crecimiento.
“La pandemia de covid-19 provocó una crisis sin precedente en América Latina y el Caribe, que empujó a millones de personas a la pobreza. Las carreras técnicas superiores pueden desempeñar un rol importante en la recuperación al ayudar a superar la crisis de empleo y preparar a los individuos para el mundo del trabajo de hoy,” dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para la región de América Latina y el Caribe.
“En ese contexto, los países de la región deben promover el potencial transformador de las carreras técnicas”, complementó.
Según el reporte, los beneficios salariales de este tipo de carreras son evidentes. Por ejemplo, si bien los graduados de programas técnicos superiores obtienen en general -como es esperable- salarios menores que los graduados de carreras universitarias, los primeros ganan en el promedio regional un 25 % más que el enorme porcentaje (54 %) de estudiantes que abandonan sin completar su carrera universitaria, considerando las características de los estudiantes. Esta diferencia va de un mínimo de -4 % en Perú, 8 % en Argentina, 22 % en Ecuador y 42 % en Paraguay, a un máximo de 58 % en Bolivia y 74% en El Salvador.
Del mismo modo, en el promedio regional los graduados de programas técnicos ganan hasta un 60 % más que los graduados de escuela secundaria sin ninguna educación superior. En este caso la diferencia salarial va de un mínimo de 32 % en Perú y 36 % en Costa Rica, a 44 % en México, 48 % en Chile y máximos de 100 % en Bolivia y 110 % en El Salvador.
Los estudiantes de carreras técnicas también obtienen buenos resultados en términos de empleo. No solo superan a los graduados de escuela secundaria, sino que además aventajan a quienes abandonan sin completar su carrera universitaria. Respecto de estos últimos, tienen una menor tasa de desempleo (3,8 contra 6,1 %) y una tasa más elevada de empleo formal (82 contra 67 %). Estos resultados son especialmente relevantes en el actual contexto de desempleo e informalidad.
El reporte muestra también que los estudiantes de carreras técnicas se gradúan en una proporción mayor que los estudiantes de carreras universitarias (57 contra 46 %). Esto es significativo dado que quienes abandonan las carreras universitarias representan casi la mitad del total de estudiantes que inician algún tipo de educación superior en la región y que, en promedio, los estudiantes de carreras técnicas provienen de sectores menos acomodados que los estudiantes de carreras universitarias.