Desde el año pasado aumentó el número de desocupados debido a la pandemia, que obligó a una cuarentena rígida para frenar los contagios del coronavirus, y las actividades económicas se paralizaron, lo que provocó cierre de empresas así como despidos.
Los empresarios desde el año pasado solicitan a las autoridades nacionales medidas para que haya una recuperación de la economía, y a pesar de que el Gobierno afirma que el proceso va en camino con las disposiciones establecidas, como el fideicomiso de 91 millones de bolivianos y la devolución del Iva así como el pago del Bono Contra el Hambre, el sector empresarial señaló que son insuficientes.
También solicitaron apoyar y elaborar políticas para generar empleo, y congelar el incremento salarial, ya que la medida sólo engrosaría la masa de desempleados, pero el Gobierno y la Central Obrera Bolivia acordaron un aumento al Salario Mínimo Nacional de 2 %.
La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) dijo, a través de un comunicado, que la cifra anunciada solo llegará a un 16 % del trabajo formal.
De acuerdo a la Alerta laboral del Centro de Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) más de 500 mil personas están sin trabajo en el país, según datos oficiales, es uno de los saldos que deja la pandemia del coronavirus en 2020.
De acuerdo a una encuesta virtual realizada por el Cedla, en marzo de este año, la mayoría de los desocupados son profesionales y estudiantes universitarios, entre los 25 y 49 años, con una importante presencia de mujeres.
Cerca de una tercera parte estaban desocupados desde antes de la pandemia, algunos incluso experimentan lo que se denomina el “desempleo de larga duración”, pues llevan más de cinco años sin poder encontrar un empleo.
Tiempo
“Transcurrieron más de 415 días desde que se registró el primer caso de covid-19 en el país, tiempo que para muchas personas pareció una eternidad por el proceso lento de recuperación de la enfermedad por las secuelas sobre la salud personal y familiar, en el empleo, la educación y la economía de los hogares. Si algo debe subrayarse de la pandemia es su impacto global y generalizado, como un terremoto que arrasa en poco tiempo todo lo que costó construir, señala en su editorial Javier Gómez Aguilar, director Ejecutivo del Cedla.
Sostiene que la población y el país en su conjunto continúan sumergidos en la incertidumbre por no saber hasta cuándo se extenderá la pandemia en Bolivia y en el mundo y, esencialmente, por no tener certeza del inicio de un proceso franco y sostenido de recuperación o “reconstrucción” de la economía nacional, del empleo y de otros campos sociales.
Para los trabajadores asalariados de las ciudades y del campo, trabajadores por cuenta propia, campesinos pobres y para aquellos que viven de generar ingresos económicos diarios, la incertidumbre y el escepticismo son mayores, mucho más, cuando lo que escuchan desde el gobierno transitorio de Añez hasta el retorno del MAS, con Luis Arce, son anuncios de políticas y acciones que poco o nada cambiaron la situación crítica de sus empleos e ingresos, el alto desempleo y subempleo, la elevada y precarizada informalidad, la desprotección social, la vulneración creciente de los derechos laborales y otros problemas laborales acumulados durante el largo periodo de reformas económicas y sociales, reflexiona.
Celebrar
A pesar del panorama incierto sobre el futuro económico y del empleo en el país, la Central Obrera Bolivia junto a autoridades nacionales celebraron el Dia del Trabajo en la ciudad de Santa Cruz, con una manifestación de organizaciones sociales e institucionales.