La agricultura familiar proporciona el 61 % de los alimentos a la canasta familiar, solo el 4 % viene del agronegocio y el resto vía importación, que puede ser legal o ilegal, informó Pamela Cartagena, directora general del Cipca en la presentación de las últimas 10 investigaciones que realizaron sobre agricultura familiar y el modelo de aporte de los pequeños productores en términos sociales y económicos.
Dijo que el evento mostró las 10 últimas investigaciones sobre cultura familiar y modelos de producción, que abarcan casi a todas las regiones del país, además también muestra el manejo de los bosques, a lo largo de los últimos cinco años.
Las investigaciones muestran que la agricultura familiar es viable para los productores, en términos económicos, ya que aportan con producción diversificada a la población, que por lo general no produce.
El estudio identificó en base a información del Censo de 2013 y la Encuesta Agropecuaria de 2015, que la canasta básica se provee en 61 % de la agricultura familiar, contrariamente a lo que se informa, de que es el agronegocio el que alimenta a la población.
“En realidad no es así; solo el 4 % viene del agronegocio y el resto viene de las importaciones, que pueden ser legales ilegales”, señaló.
Dijo que las investigaciones y los hallazgos que se tienen deben llamar la atención de los tomares de políticas públicas, y dirigir los esfuerzos a sectores que requieren apoyo debido a su rol en la alimentación de la población.
Sostuvo que a nivel nacional existen 800.071 Unidades Productoras Agropecuarias, y el 94 % son pequeñas unidades productivas, cuyo aporte se visibilizó en la etapa de la pandemia, ya que los mercados nunca se desabastecieron.
Y no solo abastecieron los mercados, sino también presentaron nuevas variedades, y es por ello que requieren apoyo para mejorar y aumentar su productividad.
Indicó que los alcaldes, que conocen la realidad de sus regiones, se comprometen a brindar las herramientas para apoyar a la agricultura familiar, como es riego, invernaderos, semillas, entre otros.
A pesar del esfuerzo, no es suficiente, y es por ello que se requiere el concurso de los gobiernos departamentales y del Central.
La revelación del rol de la agricultura familiar no busca desplazar al agronegocio, sino que se brinde mayor atención a este sector, es decir un equilibrio en el apoyo que se brinda a la producción de alimentos.
Problemas y seguridad alimentaria
El documento titulado: Análisis de la Producción Agropecuaria en Bolivia y su relación con la Seguridad Alimentaria, retos y desafíos para un verdadero desarrollo rural, del investigador y docente de la Universidad Mayor de San Andrés, Lucio Tito, menciona los problemas que ponen en peligro la seguridad alimentaria en el país.
Cartagena señaló que la agricultura familiar puede apoyar en la seguridad alimentaria, pero requiere de un apoyo real y equilibrado, para cumplir con esta premisa.
Entretanto, Tito menciona, en su documento, que la inseguridad alimentaria por covid-19 y los conflictos sociales, es una amenaza latente, a esto menciona que la canasta familiar boliviana se va concentrando en algunos productos, es por ello que sugiere revalorizar cultivos ocultos.
Pero también otra amenaza a la seguridad alimentaria está en la producción concentrada en época de estiaje- invierno, así como en el despoblamiento rural, que se traduce en una desorganización social y afecta al mercado.
También señala que existe escaso fomento a la producción ecológica, la aceleración de los procesos de degradación de suelos, los sistemas de producción no son sostenibles y falta de uso de semillas mejoradas, el bajo nivel de rendimiento en la producción agrícola y baja productividad de carne y leche, entre otros.
Desafíos
Si bien existen problemas en el camino para avanzar en la provisión de alimentos, Tito también señala desafíos que tiene el país al 2025, como es lograr en la misma superficie 32.928.931 tn de producción agrícola.