Las inspecciones y comisos fueron realizados por la Unidad de Control Operativo Estratégico (UCOE) de la Aduana Nacional y el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf).
El primer camión fue incautado en la localidad de Abapó transportando 300.000 bolivianos de soya ilegal, misma que se encontraba escondida en el fondo del vehículo. Los otros dos camiones transportaban maíz, cada uno con un valor de 150.000 bolivianos.
La mercancía perecedera era trasladada desde la zona fronteriza de Yacuiba a Santa Cruz. Estos alimentos fueron comisados por carecer de documentación que respalde su legal importación y registro sanitario, por lo que podría dañar la salud de la población.