Severo Cruz Selaez
En democracia es permisible la confrontaci贸n de ideas e ideales. Los protagonistas pueden debatir y enfatizar sus propuestas de cara a la ciudadan铆a. Es el escenario abierto para enviar y recibir mensajes pol铆ticos. Por tanto, la democracia no es un instrumento conciliador, sino propiciador de una controversia de inquietudes. Cualquiera sea la tendencia ideol贸gica. En este contexto tambi茅n se advierte el disentimiento dentro de algunos partidos, que siempre ha promovido divisi贸n y desbande. La memoria hist贸rica est谩 llena de hechos de esta naturaleza. Nunca ha faltado el cuestionamiento a sus fundadores, que les hizo perder credibilidad. Ello fue el resultado de rencillas y animadversiones. 鈥淟a p茅rdida de credibilidad, a nivel individual o institucional, origina desconfianza en la poblaci贸n y resta respaldo a quienes est谩n en funci贸n de gobierno y a las entidades a las que pertenecen鈥 (1). Pocos lograron rehabilitarse, de esa realidad catastr贸fica.
La democracia jam谩s se sinti贸 deteriorada por tales desprop贸sitos. Los ciudadanos constituidos en grupos pol铆ticos poseen el derecho de escoger en libertad lo que mejor les conviene para construir su destino. Aquella no representa un sistema conciliador ni unificador de las fuerzas pol铆ticas. Tan solo se limita a rayar la cancha, en el marco del pluralismo pol铆tico, para encarar la actividad pol铆tica vigente desde 1982 e inspirada b谩sicamente en la Ley de las Leyes.
Los problemas particulares ameritan ser ventilados internamente. Es dif铆cil pero no imposible limar asperezas. Si hay acuerdos, bien. Si no los hay, mala suerte. 鈥淓s ostensible que los partidos pol铆ticos que medran en el pa铆s se encuentran sufriendo profundos problemas internos y, por lo tanto, divisiones que son irreversibles. Con la proyecci贸n de que, si esos hechos no son solucionados, pueden conducir a la muerte a tales organizaciones鈥 (2). Los bolivianos son capaces de solucionar sus problemas, cualquiera fuere su filiaci贸n ideol贸gica. Sin la participaci贸n de extra帽os, quienes pretender铆an impartir lecciones. Que vendr铆an con sus 鈥渞ecetas鈥 seg煤n sus intereses. La intromisi贸n externa es inadmisible.
Y dar铆a la impresi贸n de que los problemas partidarios no tienen otro objetivo que desviar la atenci贸n de la gente, en tiempos adversos como los actuales, cuando se hace dif铆cil y costoso adquirir art铆culos de consumo. Cortinas de humo para encubrir las falencias de los gobiernos de turno. Temas que siempre estuvieron en debate dentro y fuera de nuestras fronteras. En ello tiene que ver mucho la desesperaci贸n de aquellos que hicieron de la pol铆tica un modo de vida. Hasta lograron enriquecerse.
En suma: en democracia los partidos pueden avanzar o retroceder, unirse o dividirse, de acuerdo a la decisi贸n de sus militantes, quienes representan la estructura humana, construida en un determinado armaz贸n ideol贸gico.
Notas
(1) 鈥淭ener credibilidad es muy importante鈥. EL DIARIO, La Paz 鈥 Bolivia, 31 de marzo de 2024.
(2) 鈥淟os partidos pol铆ticos en incontenible divisi贸n鈥. EL DIARIO, 6 de abril de 2024.