Raúl Ruiz Roca
China, epicentro de la crisis sanitaria en los últimos años, enfrenta ahora el metapneumovirus humano (HMPV), amenazando también la salud global. Es un virus que ataca principalmente a niños, adultos mayores y personas con sistemas inmunológicos comprometidos. Este virus nos recuerda cuán vulnerables somos y lo fundamental que es estar preparados ante nuevos brotes.
En Bolivia, la pandemia de covid-19 nos dejó valiosas lecciones. Aprendimos a adaptarnos, a ser resilientes y a encontrar soluciones creativas frente a la crisis. A lo largo de la pandemia, muchos optaron por tratamientos alternativos que salvaron muchas vidas y eso hay que reconocerlo, como el tratamiento del Dr. Alejandro Unzueta con base en Azitromicina y otros medicamentos, fórmula sobre la que, en su momento, había escepticismo por parte de médicos y científicos bolivianos, pero salvó muchas vidas, incluyendo la mía, tanto en nuestro país como fuera de nuestras fronteras. También hubo otros tratamientos, como aquel con Dióxido de Cloro o aquel con Ivermectina y, por supuesto, aquellos remedios naturales que enfrentaron al virus, en un momento de desesperación, cuando nadie brindaba ayuda y la ciudadanía no sabía qué hacer. Sin embargo, incluso con la resiliencia y fortaleza demostrada por la población, nuestro sistema de salud público, sigue siendo vulnerable ante nuevas amenazas.
Las deficiencias en infraestructura hospitalaria, la escasez de recursos y la falta de una atención primaria robusta, nos dejan expuestos a nuevos brotes epidémicos. El metapneumovirus, con síntomas similares a la gripe y la posibilidad de desarrollar rápidamente neumonía, se presenta como una amenaza significativa, especialmente para personas vulnerables.
Lo que está pasando en China, que tiene sus hospitales al borde del colapso por el metapneumovirus, debería ponernos de alerta inmediata, haciendo que Bolivia refuerce su sistema de salud pública y tome medidas preventivas adecuadas para enfrentar esta nueva amenaza respiratoria. Es urgente que se reflexione sobre la preparación del Estado ante futuras pandemias.
Aunque hemos demostrado ser un pueblo capaz de adaptarse, es apremiante que se invierta en un sistema de salud más fuerte, equitativo y preparado para enfrentar desafíos sanitarios a nivel nacional, haciendo que la prevención, el diagnóstico temprano y la atención a los pacientes sean la prioridad, asegurando el acceso a tratamientos adecuados y fomentando la investigación científica.
Por ello, exhorto a la población boliviana a continuar adoptando medidas preventivas, como lo hicimos en el pasado, con el lavado frecuente de manos, el uso de mascarillas y otros, protegiéndose a sí mismos y a sus seres queridos. Juntos podremos enfrentar nuevamente los desafíos de salud pública que se avecinan.
¡La unión es la fuerza!
El autor es Abogado en Seguridad, Defensa y Desarrollo de Altos Estudios Nacionales.