Rolando Kempff Bacigalupo
Este 2025, los bolivianos celebraremos el Bicentenario de nuestro país, el cual en su años de vida soberana experimentó momentos importantes de progreso y avances en distintas áreas, pero también desafíos políticos, sociales y económicos.
El bicentenario de Bolivia no solo es importante por los hitos históricos, sino también este año se redefine su situación política con las elecciones para un nuevo gobierno, el cual debe priorizar la solución de problemas económicos, como la poca disponibilidad de divisas, las dificultades para el abastecimiento de combustible, la reducción de Reservas Internacionales Netas (RIN), entre otros, que debilitaron nuestra economía, después de lograr excedentes económicos (superávits) consecutivos en años anteriores. La primera tarea es encontrar la fuente alternativa de ingresos de divisas, ante la creciente escasez de gas para exportación.
Otra tarea primordial es diversificar nuestra economía, reemplazando la economía extractiva-monoproductora para que podamos encaminarnos en la ruta del desarrollo sostenible. El gobierno debe orientar políticas para el cambio de la matriz económica con la inclusión de nuevas áreas, como el desarrollo de la tecnología 4.0 del talento, la economía verde con la venta de oxígeno, inteligencia artificial, así como proyectos de producción de energía eléctrica, con represas como Chepete-Bala, Miguillas, entre otros.
Para entender nuestra evolución económica, es necesario destacar diversas etapas en nuestra historia; la era de la plata y posterior era del caucho, así como la era del estaño. Recientemente, pasamos a la era del petróleo y hoy esperamos ingresar a la era del litio. Debemos recordar que su explotación comercial ya debía estar en marcha, perono se concretó y pese a tener la mayor reserva mundial, no tenemos aún presencia en el mercado internacional.
La reducción del déficit fiscal es otra tarea que debe priorizar el gobierno, faltando una decisión política que opte por gastar menos de lo que se tiene como ingresos reales. De esa manera, se podrá evitar la estanflación, que provocaría mayores sacrificios y desventajas económicas para la población.
El potencial del país es grande, considerando que la economía de Bolivia está caracterizada no solo por recursos naturales no renovables, sino también por agricultura, ganadería, y turismo.
Destacados analistas económicos afirman que los sectores agropecuario y turismo, podrían generar unos 6.000 millones de dólares en un año, suficientes para cubrir la pérdida de ingresos por la reducción de las ventas de gas natural.
Según análisis económico, el Presupuesto General del Estado (PGE) 2025 de Bolivia anticipa un crecimiento del 3,51%. Se alcanzó un 1,4% en 2024 y distintos organismos prevén un 2,2% en esta gestión. Se registró un déficit comercial de 329 millones de dólares, reportado en los nueve primeros meses de 2024.
La gestión 2024 finalizó con una inflación acumulada del 9,97%, marcando el aumento más alto en 16 años. La última vez que Bolivia registró un nivel de inflación tan elevado fue en 2008, cuando alcanzó un 11,8%. En esta gestión se prevé que supere el 11 o 12%.
Según últimos informes del Instituto Nacional de Estadística, las exportaciones acumuladas de enero a noviembre 2024 decrecieron en un 19% respecto al mismo periodo de 2023. En el mismo sentido, las importaciones bajaron en un 16% en comparación con la gestión pasada.
Otras cifras alarmantes son de las RIN, las cuales fueron de 1.976 millones de dólares a diciembre de 2024. Sin embargo, cabe destacar que solamente contamos con el 4% en dólares, es decir 78 millones de dólares y el restante 96% son lingotes de oro.
Para esta gestión, se aprobó el PGE, que prevé una inversión pública de 4.024 millones de dólares. De la misma manera, 3.000 millones de dólares es la cifra límite de endeudamiento del país para apoyo presupuestario, así como otros 1.000 millones de dólares para deuda pública. Por último, el PGE también solicita otros 400 millones de dólares de la CAF para la atención de shocks externos y/o emergencia o desastre nacional. Para cumplir estos propósitos el PGE autoriza al Gobierno a empeñar las reservas de oro del Banco Central de Bolivia.
El Bicentenario de Bolivia es un hito histórico, que generará diversos cambios en la economía y política del país. Los bolivianos estamos convencidos de que un futuro mejor es posible con la participación activa del gobierno, empresarios, trabajadores y sociedad civil. Se requiere un acuerdo político, económico y empresarial para lograr un futuro adecuado de Bolivia.
El autor es economista, Académico de Número de la ABCE y Presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP).