Rolando Kempff Bacigalupo
Los problemas de financiamiento externo para el país siguen en aumento. Un reciente informe de Fitch Ratings señala que se redujo la calificación crediticia de Bolivia a “CCC-” debido a la caída de sus reservas internacionales, el aumento de la inflación y los conflictos sociales que están afectando a la economía.
A estos problemas se suma la falta de medidas orientadas a solucionar los problemas económicos y fiscales, que agravan el riesgo de que el país no pueda honrar su deuda externa en los próximos años.
Fitch Ratings Inc. es una de las tres organizaciones de calificación estadística, reconocidas a nivel internacional, junto a Moody’s y Standard & Poor’s. Esta agencia de calificación crediticia estadounidense fue designada por la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos.
La calificación crediticia dada al país recientemente, de “CCC-”, implica que Bolivia tiene problemas para acceder a créditos externos, mayor dificultad para adquirir nuevos préstamos internacionales. Esta compañía internacional advierte que el país está al borde del default.
Para Fitch Ratings, las causas por las que Bolivia recibió esta nueva calificación son el reiterado déficit fiscal, la reducción tanto del valor como del volumen de las exportaciones, las escasas reservas internacionales, la falta de transparencia sobre los activos del Banco Central y el clima social de mucha tensión.
En febrero del año pasado esta misma calificadora de créditos informaba que Bolivia cayó a los niveles más bajos en su calificación crediticia de los últimos 40 años, al retroceder al nivel “CCC”, de la “B-” que tenía hasta ese entonces.
En la oportunidad se justificaba la reducción de su calificación crediticia por la disminución significativa de las Reservas Internacionales Netas (RIN) utilizables; los déficits fiscales, financiados en gran medida con préstamos del Banco Central; el racionamiento de divisas y la aparición de un mercado paralelo del dólar.
En la imagen internacional de Bolivia también influyeron la incertidumbre generada por la impuntualidad en la publicación de los datos de reservas y las presiones sobre la balanza de pagos, que hacen prever que el déficit en cuenta corriente se ampliará al 1,9% del PIB en 2024, desde el 1,5% en 2023.
El Ministerio de Economía y Finanzas Públicas discrepa con las apreciaciones de Fitch y rechaza la calificación de “CCC-”, argumentando que se basa en un análisis limitado y reduccionista. Para el Gobierno boliviano; “la economía de un país no puede ser valorada adecuadamente sin considerar de manera integral indicadores clave como el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), el desempeño del sistema financiero, la inversión, el cumplimiento de la deuda externa, el empleo, la pobreza, entre otras variables”.
Los empresarios bolivianos expresamos que se deben realizar esfuerzos para elevar las reservas internacionales. Para ello, urge incrementar las exportaciones o endeudarse; esta segunda opción no puede ser realizada debido a que la Asamblea Legislativa Plurinacional no aprueba todos los préstamos requeridos por el Poder Ejecutivo.
Otra recomendación de la Fitch es la reducción del déficit fiscal. No olvidemos que el país tiene un déficit fiscal constante. En una nota mía de fines del año pasado remarcaba que, “como es de conocimiento de todos, el país tiene un déficit fiscal, que arrastra durante los últimos 12 años, con este 2025, que muestra una tendencia preocupante: gastar por encima de nuestras posibilidades. El déficit nacional lo estamos financiando con deuda, práctica nada recomendable si queremos alcanzar estabilidad económica”.
Debemos buscar opciones que permitan al país mantener una estabilidad económica a largo plazo, por lo que el Gobierno debe aplicar los correctivos necesarios en el menor tiempo posible para aumentar reservas internacionales. De lo contrario, continuaremos bajando nuestra calificación crediticia, lo cual dificultaría la aprobación de nuevos créditos.
El futuro del país depende de lo que se haga en los próximos meses, respetando la Constitución Política del Estado, promoviendo la seguridad jurídica y la libertad empresarial. Los empresarios consideramos que la alternativa inmediata es captar la inversión nacional y extranjera y para ello debemos hacer que el país sea atractivo para el inversionista. Para ello es necesario acudir al Fondo Monetario Internacional y paralelamente realizar un swap de inversiones para captar recursos financieros.
El autor es Economista, Académico de Número de la ABCE y Presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP).