Eric L. Cárdenas del Castillo
El 22 de enero, las dos fracciones del partido que nos gobierna casi dos décadas, han festejado en distintos actos, el décimo sexto año del Estado Plurinacional de Bolivia, que fue establecido mediante Decreto Supremo No. 048 de l9 de marzo de 2009, por el cual habríamos dejado de ser un Estado-Nación, para ser un Estado Plurinacional, es decir un Estado conformado por varias naciones.
La Constitución Política del Estado, como Norma Suprema en la jerarquía normativa, a la que todas las demás normas inferiores deben sujetarse, en su artículo 3ro. del Título I Bases Fundamentales del Estado, dice a la letra: “La nación boliviana está conformada por la totalidad de las bolivianas y los bolivianos, las naciones y pueblos indígenas originario campesinos y las comunidades interculturales y afrobolivianas que en conjunto constituyen el pueblo boliviano”. En el Art. 11, inc. 1) dice: “La república de Bolivia (…). Lo que importa que la Ley de Leyes que rige la organización del Estado, mantiene el carácter fundacional de República, como fue creada en agosto de 1825.
La misma Constitución en su art. 1ro., del Título I Modelo de Estado, reza: “Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente (…), se funda en la pluralidad y el pluralismo (…) dentro del proceso integrador del país”. En el Art. 5 ll) dice: “El Gobierno Plurinacional (…) y en el Art. 98 l) sostiene que la diversidad cultural constituye la base fundamental del estado Plurinacional Comunitario.
Encontramos algunas diferencias en la Constitución, que pueden parecer contradictorias, pues por un lado destaca a las naciones indígenas y sus derechos autónomos, la diversidad plurinacional (Art. 9 inc. 3), y por otro establece la nación boliviana, la integración nacional, la República de Bolivia, la unidad, es decir, la unidad en la diversidad.
Fue en la Guerra del Chaco, donde se encontraron las clases medias urbanas con los indígenas que habían sido reclutados a la fuerza, y se estableció que no existía la nación, como concepto unificador de una sociedad que se constituye en Estado, pues mientras las clases medias hablaban español, los indígenas hablaban con sus lenguas maternas, en especial aymara y quechua, y no tenían sentimiento de pertenencia al país. Además, los indígenas que en ese tiempo constituían la mayoría de la población boliviana, estaban marginados de la ciudadanía y vivían en calidad de pongos y mitanis. Fue la Revolución Nacional que incorporó a los indígenas a la bolivianidad, con los mismos derechos y obligaciones de todos los ciudadanos, para constituir el Estado Nación.
El carácter unificador de la nación ha sido afectado con la plurinacionalidad, naciones a las que incluso constitucionalmente se le reconoce con derechos a la libre determinación y territorio (Art. 30 inc. 4) y el ejercicio de sus sistemas políticos, jurídicos y económicos (Art. 3º inc. 14). Es decir que se crean estados dentro de un Estado, afectando gravemente la unidad territorial y soberanía del Estado. Por ello algunos indigenistas como Felipe Quispe el “Mallcu” en declaración a la Revista “Pukara” de marzo de 2014 dijo: “nunca vamos a ser bolivianos”, Eusebio Gironda en su libro “Fin del Estado K´hara” plantea que: “los indios no forman parte de este Estado (…), los indios no consideran suyos el Estado K´hara, el gobierno y sus instituciones (…), la Constitución, las leyes, el escudo, bandera, himno nacional, su historia y sus libertadores”. En ese camino estuvo García Linera, con posturas indigenistas, así declaró: “los verdaderos dueños de esta tierra son los indígenas”.
La finalidad de algunos “indigenistas”, encabezados por David Choquehuanca, es implantar un Estado indígena en Bolivia, excluyendo a las ahora mayorías mestizas, que son producto de las transformaciones de la Revolución Nacional. Esas mayorías mestizas, son las que en buena medida dinamizan la actividad económica, social y cultural del país, junto a los indígenas, y todos tienen como cultura la del mundo occidental, que es hoy la más influyente en el mundo, mezclada con la tradición cultural de los pueblos pre hispánicos.
La necesaria unidad del pueblo boliviano, tiene que ser en torno a su rica historia, sus héroes, sus artistas y en especial a su ser andino-amazónico, en el que están, por supuesto, los indígenas-campesinos y todos los grupos humanos que viven en la geografía patria.
El autor es Abogado, Politólogo, escritor y docente universitario.