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Los múltiples fraudes electorales del MAS

El Diario
Publicado Sabado, 25 de Enero de 2025.
Los múltiples fraudes electorales del MAS
Fabian Freire

Fabian Freire

Es oportuno para comenzar este artículo hacerle al lector la siguiente pregunta: ¿Desde cuándo piensa usted que el MAS comete fraudes electorales? La respuesta más común seguramente será a partir de 2019 o 2020, los más aventurados dirán a partir de 2014. Mi teoría es que el fraude electoral se comete desde las elecciones presidenciales de 2010, cuando Evo Morales se impuso a Manfred Reyes Villa, sacando más del 60% de los votos, en otras palabras, una paliza electoral.
Esta teoría la sostengo con base en la turbulenta primera gestión de Morales como presidente, que fue muy polémica y que tuvo a nuestro país dividido. No dudo que Evo ganó con “autoridad” la elección de 2005; después de todo, era un “outsider”, la gente estaba cansada de los políticos y partidos “tradicionales”, los efectos de la guerra del gas seguían vigentes y se pedía un cambio de “rumbo” a gritos. El panorama real era este y solo las encuestas de ese tiempo estimaban un empate “técnico” entre Evo Morales y Jorge “Tuto” Quiroga. La realidad es que el panorama era muy favorable para Morales y la posibilidad de victoria era muy alta; la pregunta era si lo iba a lograr en la primera vuelta o si se debería recurrir al Congreso.
La primera gestión presidencial de Evo fue todo, menos pacífica, se caracterizó por grandes tensiones, violencia y muertes. Se empezó con la desestabilización de los líderes regionales, quienes fueron acosados políticamente, como Leopoldo Fernández o el mismo Manfred Reyes Villa. De igual forma, la elaboración de la nueva CPE y su posterior aprobación vino acompañada de grandes enfrentamientos y caos. No por nada se empezó a hablar de la “media luna” y de separatismo en ciertos departamentos. La realidad es que la violencia fue muy grande y fue una época en la que la división se hizo sentir de manera muy fuerte, más aun que en estos tiempos o en 2019. Todos los departamentos se vieron afectados de una u otra manera; los más perjudicados, sin duda, fueron Santa Cruz y Chuquisaca. Para rematar, tuvimos el caso del “Hotel las Américas”, que conmocionó a nuestro país y al mundo por su crudeza, un caso que afectó fuertemente al departamento de Santa Cruz y mostró “la fuerza” del gobierno. Podemos hablar horas y horas de toda la violencia acontecida en ese período, pero solo debemos definir la primera gestión presidencial de Morales como violenta, caótica, ensangrentada y que generó gran división entre los bolivianos.
Es con todo este contexto que llegamos a las elecciones de 2010, en una Bolivia dividida que no se encontraba del todo satisfecha con la gestión de Evo Morales, quien podría contentarse con muerte y violencia, y peor aún, con un gobierno que promovió la división entre los bolivianos. Que Evo era el favorito, era claro; pero era difícil que ganase en primera vuelta por el contexto, lo más probable era una segunda vuelta y un Congreso dividido, con pocas posibilidades de gobernabilidad. Llegada la hora de la verdad, Morales ganó con más del 60% de los votos, obteniendo un triunfo contundente e incuestionable; muy pocos candidatos han sacado una cifra tan demoledora en nuestra historia. De igual forma, el MAS contó con los 2/3, lo que, en otras palabras, le daba toda la tranquilidad para gobernar y no tener ni siquiera que “pactar” con la oposición.
Me parece muy sospechoso que Evo haya sacado un porcentaje aún mayor al de 2005, cuando su primera gestión fue muy violenta y divisoria; las cosas no cuadran del todo. Entiendo que haya terminado ganando a través de una potencial segunda vuelta, pero no que gane con más del 60% y su partido obtenga los 2/3. El contexto simplemente no encaja, sumado a que muchos departamentos estaban realmente dolidos y afectados por la violencia. Simplemente hay cosas que no tienen sentido. La violencia, el caos y la división no pueden ser sinónimo de crecimiento electoral, es mera lógica.



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