Fabian Freire
Donald Trump por fin retornó al poder, poniendo fin a la nefasta administración Biden que estuvo muy cerca de causar la Tercera Guerra Mundial. Apenas en sus primeras horas, el nuevo presidente se puso a trabajar y mostró que, con él, Estados Unidos volverá a contar con un líder capaz. En muchos artículos previos que escribí, siempre me mostré como un simpatizante de Trump y, en lo personal, su triunfo electoral me ha sido muy satisfactorio. Él es la mejor imagen de cómo debe ser un líder político en el Siglo XXI.
Su primera gestión fue muy buena, solo eclipsada por la pandemia y el incidente con «Black Lives Matter». Quitando estos percances, hablamos de un presidente que devolvió el empleo, el crecimiento económico y el orgullo nacional a los estadounidenses, con una gestión excelente, casi a la altura de la administración Reagan. A diferencia de su primer mandato, esta vez Trump cuenta con un mejor margen de acción y es el “dueño y señor” de los republicanos, por lo que ahora él es el partido, lo que permitirá una unificación y simplificación en la toma de decisiones.
Trump es la definición de resiliencia. El “ataque al Capitolio”, producto de los resultados polémicos de los comicios de 2020, parecía ser el fin de la carrera política del actual presidente. Todo indicaba que Trump estaba más cerca de la cárcel que de retornar a la presidencia; sin embargo, se levantó y mostró su gran liderazgo a todos. En las primarias republicanas, grandes políticos, como, por ejemplo, Ron DeSantis, decidieron dar un paso al costado, al ver el gran apoyo con el que contaba Trump. Ya para las elecciones presidenciales, el triunfo fue demoledor, ganando el voto popular, el voto de los colegios electorales, la mayoría en el Senado y triunfando en todos los “swing states”.
Apenas al llegar, Trump se puso a trabajar, y el mismo día en el que asumió se encargó de borrar la mayoría de las políticas adoptadas por la administración Biden, mostrando su insignificancia. Acto seguido, empezó a cumplir sus promesas electorales en múltiples rubros e incluso se dio el tiempo de “humillar” al presidente terrorista de Colombia. Respecto a esto último, Gustavo Petro fue humillado de manera ejemplar. Buscó ponerse “codo a codo” con Trump, solo para terminar siendo criticado por todos los colombianos y mostrarle al mundo la clase de líder que es. En nuestra política nacional hace mucha falta el carácter contundente que tiene Trump. Pienso que hay muchos masistas y opositores funcionales que merecen un “tirón de orejas” y ser tratados con rudeza, pues es lo que merecen por haber fomentado la destrucción de Bolivia.
Respecto a lo económico, Trump ya se comprometió a invertir en inteligencia artificial grandes sumas de dinero, algo necesario, mucho más viendo la aparición de la nueva IA de China, «DeepSeek», que causa furor en todo el mundo.
Respecto al tema migratorio, Trump está deportando, como prometió, contundente y rápidamente a todos los “indocumentados”. Para muchos, estas acciones son inhumanas; sin embargo, son necesarias para preservar el orden en su país. Los latinos que sí llegan legalmente a Estados Unidos son siempre bien recibidos y, en gran parte, son republicanos. Otro es el caso de los indocumentados que, para empezar, ni tienen el permiso para residir en Estados Unidos y, por lo general, son personas dedicadas a negocios ilegales. Este problema con la inmigración ilegal y la criminalidad se siente cada vez más en nuestra región, con la presencia del “Tren de Aragua” y otras pandillas criminales que solo traen caos y delincuencia.
En temas geopolíticos, Trump ya ha pedido reunirse con Vladimir Putin, y estoy seguro de que el fin de la guerra entre Rusia y Ucrania está cerca. Han sido unas primeras semanas muy intensas, en donde se ha visto la rapidez y decisión con la cual Trump planea actuar en este segundo mandato. Gran inicio.