Rolando Kempff Bacigalupo
Si el país desea continuar considerándose un proveedor de gas natural en esta parte del continente, deberá llevar a cabo cambios considerables en su política de atracción de capitales.
Coincidiendo con expertos del sector petrolero del país, podemos remarcar la urgente necesidad de una nueva Ley de Hidrocarburos y ofrecer al inversionista las garantías que necesita.
El ejemplo que ilustra mejor esta realidad viene desde Argentina que, ya en el gobierno del kirchnerismo –movimiento político de centroizquierda, variante del peronismo–, hizo lo necesario para convertirse en país atractivo para las inversiones y así desarrollar sus reservas hidrocarburíferas en Vaca Muerta, que tiene una extensión similar a la de Bélgica y está en la provincia de Neuquén.
Según el informe publicado en el portal editorialrn.com.ar, Argentina tiene en Vaca Muerta un oasis de actividad, pues desde 2013, ha recibido inversiones por más de 47 mil millones de dólares, si son incluidas las cifras proyectadas para 2024. La tecnología y el conocimiento transferidos desde Estados Unidos revolucionaron al sector, que ahora bate récords de producción mes a mes, aun con los límites de la falta de capacidad de transporte.
De acuerdo con las declaraciones juradas presentadas por las operadoras ante la Secretaría de Energía de Argentina, desde 2013 el ranking de mayores inversoras lo lidera YPF, con 26.400 millones de dólares, seguida por PAE (2.500 millones de dólares), Total (2.400 millones de dólares), Pluspetrol (2.300 millones de dólares), Shell (2.180 millones de dólares), Tecpetrol (1.960 millones de dólares), Exxon (1.600 millones de dólares), Vista (1.440 millones de dólares) y Pampa Energía (1.020 millones de dólares).
El balance de la Inversión Extranjera Directa (IED) en nuestro país es crítico: En el primer semestre de 2024 tuvimos una IED neta de 136 millones de dólares, mejor que en el mismo periodo de 2023, cuando la IED fue negativa y alcanzó los -74 millones de dólares. El valor de las exportaciones nacionales, en su punto más alto en 2013, llegó a 6.113 millones de dólares.
Ante las reiteradas sugerencias de una nueva Ley de inversiones para el sector petrolero nacional, el Gobierno respondió con un proyecto de incentivos, que fue enviado a las instancias legislativas.
Bolivia debe aumentar sus reservas petroleras con nuevos yacimientos. De lo contrario, sus exportaciones podrían terminar en los próximos años, agravando seriamente sus finanzas.
Mauricio Medinaceli Monrroy, en su Análisis y prospectiva de la industria del gas natural boliviano: 1980-2021, sostiene que es evidente que existe gas natural para abastecer el mercado interno, pero cada vez serán menores las posibilidades de exportar este producto.
Este analista también señalaba que solo el mercado interno no es atractivo para el inversionista privado, ya que los precios de venta se encuentran subsidiados. En ese sentido, si el mercado externo comienza a desaparecer, las necesidades para levantar el subsidio serán cada vez mayores.
Las exportaciones bolivianas de gas natural desde 2006 a 2019, generaron un ingreso total de 47.142 millones de dólares por la venta de 172 millones de toneladas.
La involución de las exportaciones de gas en el país, según datos del IBCE, en años recientes fue notoria: en enero de 2022 el valor llegó a 234,7 millones de dólares y el volumen estaba en alrededor de 716 toneladas; en similar periodo del 2023, los ingresos bajan a 208,8 millones y el volumen a 588 toneladas.
En junio de la pasada gestión, los gobiernos de Bolivia y Brasil acordaron negociar un memorándum para un plan de Upstream y el desarrollo de inversiones en el sector petrolero. En ese sentido y considerando la importancia del mercado brasileño, es importante desarrollar las tres fases de esta industria, que son: Upstream que incluye la exploración y explotación; Midstream que está caracterizada por transporte, procesos y almacenaje; y Downstream que comprende la refinación, comercialización y distribución. Para el inversionista extranjero, el gasoducto que tenemos hacia Brasil es un incentivo para invertir en la búsqueda de gas en Bolivia.
En 2024, el sector upstream de la industria petrolera argentina tenía en marcha planes de inversión superiores a los 11.000 millones de dólares con la participación activa del sector privado.
Con el ejemplo anterior, se considera importante la participación de la inversión privada en la exploración petrolera. Los bolivianos consideramos que el país puede alcanzar los objetivos esperados en esta industria, retomando un papel importante en la exportación de gas natural.
El autor es Economista, Académico de Número de la ABCE y Presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP).