Jhonny Vargas
La evofilia es una combinación de narcisismo (los otros existen para adorarme, ansían ser admirados más que amados, asumen fácilmente el crédito, pero no los fracasos), “Misión cumplida, aquí termina mi responsabilidad. Estoy seguro que el pueblo va a seguir luchando para conseguir las reivindicaciones. Tengo que retornar al Trópico a sembrar tambaquí, esa es mi tarea, porque también de algo tengo que vivir”. Maquiavelismo (son cínicos, calculadores, manipulan a las demás personas para sus propios fines, todo se vale y a costa de lo que sea), “Si me inhabilitan, habrá una convulsión”. Y psicopatía (sus rasgos distintivos son el engaño y una temeraria falta de consideración hacia los otros). Son personas indiferentes ante las consecuencias de sus actos. “Hermano, que no entre comida a las ciudades. Vamos a bloquear, cerco de verdad”. Los bloqueos ocasionaron la muerte a unos 40 pacientes, por falta de oxígeno medicinal, en plena emergencia sanitaria por el covid-19.
Los evofilos son personas manipuladoras y no tienen empatía, pero buscan manejar a las personas para que sirvan a sus fines, como escaleras para alcanzar el poder. Los encontramos en el oficialismo, pero también en la, dizque, oposición. Los evofilos también son los partidarios en función de gobierno o llamados también “llunkus”, que abusan del presupuesto del Estado y también apoyan proyectos que benefician a un grupo pequeño de leales partidarios. Se benefician de las migajas del poder, en detrimento de una población mayor que enfrenta la pobreza y vive una crisis de desarrollo. Los evofilos solo quieren asegurarse su continuidad en el poder, han llevado a cabo actos criminales e ilegales de envergadura, como robar y abusar de la autoridad sin sufrir consecuencias políticas o judiciales.
La evofilia es también la preferencia sexual hacia las adolescentes o jóvenes ubicadas en el desarrollo sexual medio o tardío, se extiende usualmente entre los 15 a 19 años de edad. Es una serie de preferencias sexuales del jefe de las 6 federaciones del chapare, protegido siempre por el Fiscal General del Estado, Juan Lanchipa y mostrando parcialidad de su autoridad para proteger al ex mandatario. Este adulto se interesa por aquellas adolescentes que ya han tenido el despertar sexual, pero aún no son adultas. La evofilia como parafilia genera una fantasía que puede quedarse en lo imaginativo o bien pueden empujar al sujeto a intentar practicarla y suele generar un interés sexual exclusivo. Este es un depredador de menores de edad, en su mayoría jovencitas, pues de por medio existe abuso de autoridad, ya que el adulto debido a su posición económica, seduce mediante manipulación a la menor de edad. Entonces estamos hablando de un caso de estupro, tipificado en nuestro Código penal.
La candidatitis, es una infección electoral, causada por hongos políticos, del genero candidatos presidenciales, siendo el candidato de izquierda o derecha funcional al poder, la especie más común. Estos hongos políticos son parte de la flora política o clase política boliviana, pueden provocar infecciones contagiosas cuando hay un desbalance o debilitamiento del sistema político o cuando existen las condiciones del ambiente político, que les permiten crecer descontroladamente. Muchas de las especies de candidatos son tradicionales y funcionales al régimen de gobierno, el contagio se puede dar a través del contacto directo con la región política infectada, como durante las relaciones políticas entre los actores políticos que se creen todos presidenciables.
Los síntomas de la candidatitis incluyen: Flujo político anormal, ardor y prurito entre los jefes de partidos políticos tradicionales, relaciones políticas dolorosas y coqueteos entre los candidatos y siglas políticas, enrojecimiento de mejillas de los candidatos que son alabados por su mismo entorno. Todos ellos con ambición de poder, aunque no tengan ni las mínimas condiciones para el ejercicio del liderazgo. Todos ellos se creen insustituibles y no quieren pasar de moda. Aunque no tengan proyecto de país que ofrecer, ni mensaje político ni partido político ni plata y ni personalidad, da igual, quieren seguir siendo candidatos para las elecciones generales, subnacionales. Cada uno es candidato a senador, a diputado, a todo tipo de cargo de representación política. Aun sabiendo ellos que existe una crisis de representación política y de liderazgo, pero les da lo mismo, no interesa. Mi consejo para los que sufren de esta enfermedad: Tres muchos y tres pocos destruyen a los hombres locos. Mucho gastar y poco ofrecer, mucho hablar y poco saber, mucho presumir y poco valer en la arena política.
La mala reputación de los expresidentes, la estela de corrupción que dejaron y la falta de resultados de sus gestiones de gobierno, desafortunadamente llevan a pensar que no hay una solución política para el contexto que vive Bolivia. Un buen candidato entiende que, ante una Bolivia cambiante, el estilo de gobernar tiene que reflejar dichas transformaciones. Pero como están las cosas, es mucho más fácil encontrar ejemplos de candidatitis en la fauna antigua que habita en la jungla de la política nacional. Es decir, tenemos candidatos presidenciales que ejercen su poder como verdaderos dinosaurios políticos, vetustos, que, aunque saben que enfrentan su extinción, se obstinan a quedarse y en no desaparecer fácilmente. Los babysaurios continúan apareciendo en el panorama político, aunque aparentan juventud por fuera, por dentro sus ideas siguen siendo viejas. El primer paso es, identificar a los líderes jurásicos viejos y nuevos, para promover su desaparición del mapa político boliviano.
Jhonny Vargas es Politólogo y Docente de Postgrado.