Jorge Lizárraga Torrico
Fue una sorpresa para algunos y algo inminente para otros, ¿por qué? Simplemente porque los norteamericanos desean volver a sentirse poderosos, ensimismados y sin necesidad de recurrir a otros para hacer de Estados Unidos de Norte América grandiosa otra vez. Y, evidentemente, sigue siendo, como otros, un país absolutamente patriarcal, pero ese es otro tema que abordar.
Tras los resultados electorales del pasado 5 de noviembre, y luego de escuchar las declaraciones del 47º electo presidente norteamericano Donald Trump, tenemos la impresión de que nada puede dejarse por sentado, ni mucho menos garantizar lo que en su momento se ofreció, pero veamos.
Durante su discurso, tras proclamarse como presidente electo, Donald Trump expresó claramente que su administración priorizaría dos aspectos verdaderamente relevantes: la seguridad y el fortalecimiento de las fronteras. Respecto al primer punto, Trump destacó la necesidad de un “ejército fuerte y poderoso”, pero subrayó que, idealmente, Estados Unidos no debería recurrir a acciones bélicas: “Queremos un ejército fuerte y poderoso, aunque idealmente, no queremos usarlo”. Incluso insistió en la importancia de la paz y afirmó que durante su mandato no se iniciaron conflictos bélicos: “No tuvimos guerras en cuatro años y no habría por qué iniciar alguna”, subrayó.
Asimismo, manifestó que “Estados Unidos nos ha dado un mandato poderoso y sin precedentes. Hemos recuperado el control del Senado. ¡Vaya! Eso es fantástico”. Cabe hacer alusión significativa al senado en USA, que cuenta con poderes que en su periodo anterior no los tuvo, por lo que sus ambiciones reformistas, hoy más que nunca, pueden cumplirse, siendo que habría ganado un mandato “poderoso y sin precedentes”.
Debemos recordar que las dos cámaras son fundamentalmente iguales en cuanto a sus roles y funciones legislativas. El Art. 1 de la CPUSA, sin embargo, establece que sólo la Cámara de Representantes puede originar legislación sobre impuestos, y sólo el Senado puede confirmar los nombramientos presidenciales y aprobar tratados. Pero la promulgación de la ley siempre requiere que ambas cámaras aprueben separadamente el mismo proyecto de ley, siendo que de acuerdo con el Artículo 1, Secciones 2 y 3 de la Constitución, los miembros de la Cámara son elegidos cada dos años, mientras que los senadores son elegidos por períodos de seis años. Los senadores representan a sus estados, mientras que los miembros de la Cámara representan distritos individuales, etc. Ahora Trump tendría el poder absoluto en al menos temas profundamente sensibles, a citar “relaciones internacionales, ratificación de tratados, acuerdos o compromisos en política exterior, migración, FFAA, seguridad nacional, entre otras”.
Por otra parte, sobre la seguridad nacional en relación a la inmigración, Trump destacó la necesidad de “cerrar esas fronteras y dejar que la gente entre a USA”, pero “de manera legal”. Esta aseveración cambia el fondo de su discurso violento, racista y discriminatorio, moderando el discurso y permitiendo comprender los alcances de su deseo político, para esta materia, lo que realmente sorprende y no deja de ser interesante.
De igual forma, puntualizó que USA pagará la deuda, reducirá los impuestos y que de esa forman podrán hacer cosas que nadie más puede hacer. “Nadie más va a poder hacerlas”, manifestó. Ahora imaginemos que si paga, es porque también cobrará a otros, UE, Ucrania, ONU, etc.
La victoria de Trump provocó un impacto inmediato en los mercados globales. Los futuros de las principales bolsas de Wall Street mostraron un marcado incremento. Los contratos vinculados al Dow Jones Industrial Average llegaron a subir 1.133 puntos, un alza del 2,7%, mientras que los futuros del S&P 500 y del Nasdaq 100 registraron subas del 2,4% y el 1,8% respectivamente. La perspectiva de recortes impositivos y eliminación de regulaciones impulsa a las acciones, mientras que genera expectativas de peores números fiscales y datos más altos de inflación, según informan fuentes de la BBC-CNN, etc.
A pesar de lo sucedido y aún se crea que volverá a la oficina oval con una retórica más radical contra la inmigración y prometiendo una mejora económica, tras años marcados por una elevada inflación, lo cierto es que veremos dentro de nada a un país, a un presidente y a una sociedad, la norteamericana, que según como interceda en problemáticas mundiales y en los primeros 3 meses, no solo aplicará políticas de shock en la economía norteamericana, sino que la deportación masiva de migrantes indocumentados, parece ser algo irremediable, como definitivas sus acciones frente a poner fin a las guerras de Ucrania y Medio Oriente.
Pero, ¿quiénes ganarán y quiénes no tanto?, es una pregunta que se responderá por sí sola, en breve. Como también en breve se conocerá la política de intervencionismo o no a países latinoamericanos, siendo lo más probable que las limitaciones a esta región sean bastantes, en términos políticos y económicos. Por lo que hoy al respecto nos preguntamos a nivel interno y externo de USA: y ahora ¿qué pasara?
El autor es abogado.