Walthy M. Egüez Paz
El MAS perdió el norte, el sur, el este y oeste, priorizando su sinuosa disputa por el poder.
El proceso de descomposición interna del Movimiento al Socialismo (MAS), azuzada por sus propios dirigentes, ha llevado a ese partido a que perdiera todo sentido de país. Perdió orientación, y lo que es más grave aún, busca respuestas en el lugar y el escenario equivocados.
Con la esperanza de salvar lo irremediable, sus altos líderes, buscan desesperadamente una tercera vía, que dirima entre Luis Arce Catacora y Evo Morales Ayma, antes de que llegue el fatal final, que ya está dicho.
El MAS se engaña si cree que Andrónico Rodríguez es la tercera vía que va a frenar su descomposición y resolver los graves problemas que han ocasionado al país. La razón es clara, Andrónico es más de lo mismo, es parte de la cúpula selecta y corrupta, con tientes de narcotráfico e impunidad que destila el “masismo”.
Desde que inició esta gestión legislativa (2020) las denuncias por actos de corrupción y la proliferación del narcotráfico han sido decenas de veces denunciadas, al extremo de que el Órgano Ejecutivo ha dispuesto de vehículos robados fuera del país, pero de conocimiento de las autoridades nacionales, para uso en la administración pública, comprometiendo la seriedad del Estado. Se ha efectuado innumerables denuncias de narcotráfico y Andrónico nunca se ha pronunciado y menos ha cuestionado estos hechos.
La naturaleza del MAS es la corrupción, nació en el Chapare a la sombra de la coca ilegal que, según la UNODC, si no es toda, más del 90% la entregan al narcotráfico. Andrónico no es ajeno a esa podredumbre; entonces, queda claro que tampoco es “el salvador” del MAS. Sería el sepulturero de la democracia.
La imagen conciliadora y mesurada de Rodríguez, al margen de los escándalos que caracterizan a las organizaciones que componen al “masismo”, no es otra cosa que “la estrategia del buen comportamiento” para encubrir los delitos y gestionar la impunidad que tanto Luis Arce como Evo Morales buscan desesperadamente.
Andrónico forma parte de la misma cúpula “masista” de Evo Morales, de Luis Arce Catacora, María Nela Prada, Leonardo Loza, Eduardo del Castillo, Carlos Romero, Juan Ramón Quintana, Álvaro García Linera. Además de otros personajes que ven en Andrónico su tabla de salvación.
El supuesto líder de la tercera opción, el articulador del MAS, significa un alto costo para el país, porque es útil sólo para asegurarles la impunidad del MAS y dar continuidad a la corrupción y abuso de poder que caracteriza al partido cocalero.
Los sectores sociales que se aferran al MAS, bajo la figura de Andrónico Rodríguez Ledezma, como si fuera la salvación de su partido y del país, vivirán un nuevo desengaño. Detrás de esa apariencia de buen muchacho conciliador se esconden oscuros y tenebrosos planes que buscan destruir el país, destruir lo poco que queda de democracia.
Este jovencito, “cara de yo no fui”, no es otra cosa que el mandadero de Álvaro García Linera, quien sigue actuando desde las penumbras para seguir destruyendo al país, al gobierno, para continuar en el poder. Andrónico es el peón de esa jugada, el que le pondrá el jaque mate al MAS.
A García Linera no le interesa Bolivia, el país para “vivir bien”, le interesa para saquearla y ser exitoso empresario en el mercado libre de los grandes negocios. No le interesa el MAS, le interesa llegar al poder mediante el gobierno, para tener sometido al país bajo el yugo de la pobreza.
Sin norte, sin sur, perdidos entre el este y oeste, el MAS dejó al descubierto su verdadera intención de “incendiar el país, de dejar sin alimentos al pueblo” y seguir utilizando a una mayoría ideologizada a fuerza de violencia. Andrónico es parte de esa telaraña de intereses sectarios, muy privados dentro del MAS.
El jovencito, de educadas maneras neoliberales, no es otra cosa que el encargado de hacer el trabajo sucio, del engaño a todo un pueblo humillado por casi dos décadas. Su llamado a la unidad, no es otra cosa que la pieza de García Linera para salvar su mezquino proyecto personal, muy exclusivo, que en ningún caso tiene que ver con salvar al país.
El autor es Diputado Nacional.