David Foronda H.
Hace poco, Peter Millard, Manuela Tobías y Robert Jameson escribieron para Infobae una nota reveladora. Hacen un examen exhaustivo de la izquierda en la América morena. Con el título “Las promesas fallidas pasan la cuenta a la izquierda latinoamericana”, sostienen que la corrupción, la delincuencia y el narcotráfico figuran entre las principales preocupaciones de todos los encuestados.
En síntesis, se da cuenta que, en Colombia, Gustavo Petro, el primer presidente de izquierda en el país, enfrenta una economía moribunda, un aumento de la delincuencia, un enorme éxodo de riqueza, y fracasos en sus promesas de reformas sociales. En Chile, el joven presidente Gabriel Boric ha sido testigo de dos intentos fallidos de reescribir la Constitución. Ahora está enfocado en detener la expansión del crimen organizado. Ambos llegaron al poder tras olas de protestas y malestar social en la región más desigual del mundo a principios de la década. Aseguran que “la izquierda enfrenta una prueba crucial el próximo año, con elecciones en Ecuador, Bolivia y Chile, y en 2026, con votaciones en Brasil, Colombia y Perú. Independiente de los resultados individuales de los candidatos, la nueva encuesta LatAm Pulse de AtlasIntel y Bloomberg News muestra que los latinoamericanos simpatizan cada vez más con modelos económicos pro mercado. Es una tendencia que se acelerará si la terapia de choque aplicada por Javier Milei tiene éxito en Argentina”.
“En toda la región, ¿dónde se ve un presidente de izquierda que tenga la reelección asegurada?”, dijo Will Freeman, miembro de estudios sobre América Latina en el Consejo de Relaciones Exteriores. “No se me ocurre ni un solo lugar”. Con un 40% y un 39% respectivamente, Petro y Boric tienen las tasas de aprobación más bajas entre los líderes de las mayores economías de América Latina, según la encuesta. La notable excepción es el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien mantiene el respaldo de una escasa mayoría de la población a casi dos años de asumir. Claudia Sheinbaum, quien asumió en México este mes, está disfrutando de una luna de miel postelectoral.
Las condiciones económicas son clave para entender la caída en aprobación de la izquierda latinoamericana. Más de la mitad de los encuestados en Chile y Colombia califican como malo el estado de su economía y de su mercado laboral. Por el contrario, los brasileños son más optimistas, ya que el producto interno bruto está creciendo más de lo previsto y la tasa de desempleo es la menor en más de 10 años. Políticas menos intervencionistas podrían ayudar a la región a alcanzar mayor estabilidad económica y dar confianza a las empresas de que no sufrirán alzas de impuestos ni revisiones a sus contratos cuando asuman los próximos gobiernos. Eso también hará políticamente difícil implementar políticas populistas de expropiaciones y control de precios, como las que han diezmado la economía de Venezuela y han precipitado a Bolivia en el desastre económico.
“El liberalismo económico se ha afianzado mucho más y ha echado raíces en la sociedad”, afirmó Andrei Roman, director general de la empresa de sondeos AtlasIntel. Añaden: “sin duda, la izquierda no está muerta. Sheinbaum obtuvo una rotunda victoria en México, luego que su predecesor, AMLO, erosionara la confianza empresarial en el país. En Ecuador, Daniel Noboa no ha logrado repetir el éxito de Bukele en la represión de la violencia de las bandas y corre el riesgo de perder la reelección a manos de un candidato de izquierda como resultado. Incluso en Bolivia, donde el modelo económico socialista está en crisis, la oposición política está tan desacreditada y no gusta tanto a la mayoría indígena que ni siquiera tiene un líder claro que aproveche una escisión en el partido gobernante”. Se ha tomado solo las partes más importantes del citado artículo, para que usted esté informado.
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