Jhonny Vargas
Parte I
En esta crisis económica al único que le va bien es a EMAPA (Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos). En esta situación lamentable a los únicos que les va bien es a los testaferros del Estado-Empresario. No hay objetividad, ni creatividad en las acciones y toma de decisiones de parte de dos autoridades, Jorge Silva y Franklin Flores, que son burócratas que ahora actúan como empresarios. Max Weber decía que existen consecuencias que conducen el modelo burocrático-empresarial a la ineficiencia y a la corrupción. Dentro del ámbito de las empresas públicas, es el caso de EMAPA.
Por rapacidad y espíritu monopolizador, el Estado-empresario lo quiere hacer todo y controlar todo. Hace pensar que ciertamente los que hablan de colectivismo y de la patria grande, no deben ser los conductores del país. Es el interés egoísta que, traducido en apetito de lucro, mueve al intervencionismo estatal en la economía. Hay algo que no cuadra en el pensamiento estatista, EMAPA demanda e importa alimentos de primera necesidad (arroz, harina, fideos, carnes, etc.), ejerce lo que conocemos como libertad de empresa, pero estatal, no tiene competencia, pero ofrece un peor producto/servicio y más caro.
En cambio, una iniciativa privada sí administra bien las cosas, financieramente, puede ofrecer un mejor producto/servicio y más barato. En las empresas públicas deficitarias, todo esto simboliza el interés propio del gerente corrupto de la empresa pública y en el egoísmo y la comodidad del productor, que ofrece su producción a EMAPA, haciendo que los intermediarios especuladores y los administradores se vuelvan más corruptos. Pero el Movimiento al Socialismo (MAS) qué va a entender de las leyes del mercado, de la ley de la oferta y la ley de la demanda. La necesidad del consumidor boliviano, para obtener artículos de primera necesidad, hace que tenga que recurrir a EMAPA.
Todo esto llega a un punto en que se satisface de alguna manera la necesidad de productos, pero esto no quiere decir que este modelo de comercialización sea bueno para la población necesitada. Pero ninguna necesidad humana es ilimitada absolutamente y deja de existir esta necesidad cuando los artículos de primera necesidad mantienen su precio, únicamente mientras el volumen de los mismos no sobrepasa al de la demanda. Este sería el control automático, pero aquí existe una mano negra y mal intencionada de parte del gobierno. Por las malas políticas económicas gubernamentales, ahora es difícil reducir los precios, porque no hay producción de alimentos en Bolivia. Han matado nuestra seguridad alimentaria, con sus políticas impositivas y de mala inversión pública. Por eso los precios suben indiscriminadamente, afectando la economía final del consumidor.
No olvidemos que la sombra de la corrupción millonaria, siempre ha estado sobre la cabeza de EMAPA, como una espada de Damocles.