Yhoel Alejandro Limachi Condori
Ya somos miembro pleno del Mercosur. ¿Es esta una buena o mala noticia para nosotros los bolivianos?
Existen opiniones divididas respecto a nuestra adhesión al colosal bloque del Mercosur. Hay quienes ven con buenos ojos esta decisión del pleno de formalizar nuestra membresía, y quienes ven con cierta animadversión este hecho. Todo esto se ha convertido en un dilema, pues existen razones para celebrar, y a la par, razones para inquietarse.
Es verdad que el Mercosur es una gran oportunidad de integración regional, pues es el quinto bloque económico más grande del mundo. Ser parte de él abre oportunidades para fortalecer lazos comerciales y políticos con países vecinos. Pero también es verdad que estamos en una situación deficitaria con este mismo bloque. Para poder entender esta situación, tenemos que considerar algunos factores fundamentales. Nosotros como bolivianos, ya disfrutábamos de algunos beneficios con el Mercado Común del Sur, Bolivia no figuraba como miembro pleno, pero si como Estado asociado, además, desde 1996 contamos con el ACE 36, un acuerdo entre Bolivia y el Mercosur con el objetivo de eliminar las restricciones arancelarias y las no-arancelarias que afectaban el comercio recíproco. Es así que con el acuerdo vigente; desde 1996, nosotros eliminamos el 100% de nuestro arancel para todo el Bloque, consecuentemente ellos también eliminaron el 100% de su arancel para con Bolivia.
Sin embargo, aquí radica el dilema: desde la entrada en vigor del ACE 36, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay han exportado mucho más a Bolivia de lo que nuestro país les ha exportado. Desde otra perspectiva, podríamos decir que nosotros les hemos exonerado más tributos de los que ellos nos han exonerado. Esto no se debe a un abuso por parte de los miembros fundadores, sino simplemente al hecho de que nosotros no estamos aprovechando plenamente el acuerdo.
Según datos del Boletín del 5 de diciembre de 2023 del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, desde la entrada en vigor del ACE 36, Bolivia registró un superávit comercial de 20,000 millones de USD con el Mercado Común del Sur. Sin embargo, es importante considerar que gran parte de este superávit proviene de las exportaciones de gas, un recurso que se está agotando. Excluyendo el gas, la situación se revierte drásticamente, pues nos encontramos en un déficit comercial de 42,000 millones de USD.
A pesar de esta difícil situación, siempre será bueno tener voz y voto en un bloque tan influyente y feroz como el Mercosur. Estas alianzas abarcan mucho más que relaciones comerciales; debemos considerar otros pilares clave. Uno de ellos es la ‘integración social’, que implica la desburocratización y facilitación de la migración, el turismo y la educación. Otro pilar es la ‘integración caminera’, que conlleva la unificación de carreteras internacionales en toda la región, permitiendo la libre circulación de vehículos y la convalidación de licencias de conducir. Un tercer pilar es la ‘integración tecnológica’, que incentiva la investigación científica y el compartimiento de tecnología con los miembros menos desarrollados, como nosotros. Por último, la ‘financiación de proyectos’ es un pilar medular. Paraguay, como miembro pleno, ha solicitado 500 millones de dólares de financiación para diferentes proyectos en su territorio durante los últimos 10 años. Estas solicitudes siempre fueron aceptadas con agrado por parte del Mercosur, ya que uno de los objetivos predominantes del bloque es reducir las asimetrías entre los países miembros. Por lo tanto, hay mucho por lo que vale la pena ser miembro pleno.
Además, que la pertenencia a un bloque integrador, siempre fortalece las relaciones diplomáticas y políticas con otros países miembros.
Podemos ver al Mercosur como una amenaza, o podemos verlo como una gran oportunidad, yo elijo lo segundo. Ser parte de esta importante coalición es un desafío enorme, esta puede ser una oportunidad significativa para Bolivia si se la aborda de manera estratégica.
La integración regional requiere de esfuerzo conjunto entre el Estado y el sector privado, el gobierno debe allanar el terreno para aplacar la odisea del productor boliviano, y éste último debe esforzarse al máximo para convertir la materia prima en manufactura.
En fin, la solución no es evitar el Mercosur, sino aprovechar sus beneficios, diversificando la producción y mejorando la competitividad. Para equilibrar las importaciones con las exportaciones, hoy más que nunca estamos obligados a hacer lo que no hemos hecho en 27 años; industrialización.
El autor es Licenciado en Comercio Internacional.