José E. Pradel B.
El escritor y diplomático Alberto Ostria Gutiérrez, en la obra “Una obra y un destino” (1953), menciona que la función internacional de Bolivia se condensa en la fórmula: “Bolivia debe ser tierra de contactos y no de antagonismos”, es decir, “debe ser un equilibrio natural, consecuencia de la posición geográfica central del territorio boliviano, que convierte a éste en algo así como una plaque tournante”.
La historia nos recuerda que este enunciado, fue manifestado por el diplomático y escritor Luis Fernando Guachalla, y marcó un nuevo período de la historia de las Relaciones Internacionales de Bolivia, que comprende después de la Guerra del Chaco hasta la actualidad.
Este pensamiento, sin duda, expone la realidad geográfica, política y económica de nuestro país, es decir, la geografía impone a Bolivia una función de atracción, de articulación entre los países que la rodean.
En los últimos años, muchos investigadores intentaron esclarecer cuándo fue acuñada por primera vez esta visión geopolítica y en esta ocasión la daremos a conocer.
Sobre Guachalla, es necesario mencionar que nació y falleció en La Paz. Estudió secundaria en Suiza y Bélgica, luego Derecho en Santiago de Chile. Inició su vida diplomática como Tercer Secretario de la Legación de Bolivia en Santiago, en 1921. En 1927, fue Jefe de redacción de EL DIARIO y profesor de Derecho Internacional Público de la Facultad de derecho de la UMSA. Durante la Guerra del Chaco, combatió heroicamente en Cañada Strongest. Como diplomático ocupó los cargos de Subsecretario y Ministro de Relaciones Exteriores en tres oportunidades, Ministro de Guerra, Ministro en el Paraguay y Embajador de Bolivia en los Estados Unidos de América. Entre las obras que publicó destacan: ‘La Convención Gondra’ (1924), ‘Misión en el Paraguay’ (1971), ‘La cuestión portuaria y las negociaciones de 1950’ (1976), ‘Jayucubás’ (1978), ‘El imperio de los Cuatro Suyos’ (1980), ‘La democracia puesta a prueba’ (1999) y ‘Papeles del destierro. 1952-1964’, entre otros.
En síntesis, volviendo a nuestra investigación, el anunciado boliviano “Bolivia, tierra de contactos” fue expuesto por primera vez en una entrevista radial en WIXAL de la Fundación de Radiodifusión Mundial de Boston, en 1937, publicado en el Boletín denominado ‘Bolivia’ del Consulado de Bolivia en Nueva York, en diciembre de dicho año, volumen VI, número 7.
En la parte final de dicha entrevista mencionó: “… Bolivia, con una superficie de más de 1.300.000 kilómetros cuadrados, es una tierra de tránsito de norte a sur, de sureste a oeste. Es, a nuestro juicio, una tierra de contactos. aunque, lamentablemente, fue durante algún tiempo una tierra de antagonismos. Está formada por tres regiones claramente definidas: la cordillera andina -llanura elevada y extensa-, la cuenca del Beni o de Mojos y la cuenca del Chaco… (Traducción J. P.)”.
A manera de conclusión, a través de esta nota damos a conocer un momento histórico poco conocido por la historiografía.