Ignacio Vera de Rada

Si el Gobierno actual no decide prorrogarse en el poder o por alg煤n motivo se suspenden los tan esperados comicios de agosto, estamos a escasos siete meses de asistir a una elecci贸n general particularmente significativa, y lo que m谩s se necesita ahora, cuando estamos abrumados con informaci贸n de todo tipo, es claridad. Claridad en torno a lo que Bolivia necesita y, por ende, a lo que deber铆amos esperar de los candidatos no solo a la Presidencia y la Vicepresidencia, sino tambi茅n al 脫rgano Legislativo. (Poco se recuerda, pues, que, en una democracia, dado que el presidente no puede obrar como un monarca, pocas reformas se pueden implementar prescindiendo de una s贸lida bancada que las apoye). En este sentido, hacer una distinci贸n entre lo urgente y lo importante me parece muy 煤til.
Lo urgente, claro est谩, es solucionar la crisis econ贸mica que est谩 azotando a miles de familias bolivianas y que es el resultado de un r茅gimen populista de casi dos d茅cadas que, benefici谩ndose del alto precio que durante diez a帽os consecutivos alcanzaron las materias primas en el mercado mundial, malvers贸 fondos e incurri贸 en varios casos de corrupci贸n. Por ende, deber铆amos elegir a aquellos candidatos que propongan reformas serias y eficaces, pero tambi茅n realizables y posibles. Lo urgente, en suma, es que los d贸lares vuelvan a circular, que nuevamente haya carburantes, que la inflaci贸n se detenga y, tal vez, que el sistema impositivo, hoy asfixiante para peque帽os y medianos emprendedores, se simplifique y racionalice.
Sin embargo, lo importante va mucho m谩s all谩 de lo urgente; es m谩s trascendental. Lo importante es aquello que siempre ha sido importante en Bolivia y en varios pa铆ses latinoamericanos, en los que todav铆a las luchas pol铆ticas giran m谩s en torno a personalidades que en torno a ideolog铆as o proyectos: la institucionalizaci贸n. Habr铆a que ser un ingenuo o un mentiroso para afirmar que antes del MAS hab铆a en Bolivia instituciones serias, que funcionaban como contrapesos efectivos al poder y como mecanismos de autocorrecci贸n democr谩tica, porque eso realmente nunca fue as铆. La historia de Bolivia es, pues, la historia de una permanente precariedad institucional. Pero tampoco se puede desconocer que, en estos 煤ltimos veinte a帽os, las instituciones democr谩ticas han ido sufriendo un grave deterioro, en gran medida debido al paradigma del llamado Proceso de Cambio, que propuso la introducci贸n de cuotas pol铆ticas de etnia o g茅nero, sin tener en cuenta las capacidades de las personas que aspiraban a los altos puestos de la burocracia. Instituciones como la Defensor铆a del Pueblo, el 脫rgano Judicial o la Asamblea Legislativa son, hoy, disfuncionales, costosas y muchas veces corruptas.
La disfuncionalidad de las instituciones provoca, obviamente, el deterioro acelerado de la democracia (es decir, de un sistema de representaci贸n pluralista y de autocorrecci贸n), permitiendo la anomia (vale decir, el divorcio entre la ley y las costumbres sociales) y el abuso de poder por parte del Poder Ejecutivo. Es l贸gico: ya que 茅ste no es controlado por instituciones (como una Asamblea Legislativa) ni es sancionado con todo el peso de la ley (por el 脫rgano Judicial) cuando comete delitos, la discrecionalidad y el abuso de poder se vuelven la normalidad.
Adem谩s, hay que tomar en cuenta que, con instituciones s贸lidas y serias, poca probabilidad habr铆a de que las crisis econ贸micas, como la que hoy azota a Bolivia, se agudicen. Por eso insisto en que lo importante es la reconstrucci贸n de las instituciones. No obstante, al menos hasta ahora, ning煤n precandidato ha propuesto nada sobre este asunto; todos hablan, por ejemplo, sobre c贸mo traer铆an d贸lares y combustibles, sobre c贸mo ayudar铆an a los emprendedores y a atraer capitales y sobre c贸mo Bolivia podr铆a industrializar su litio y volverse un pa铆s 鈥渄igital鈥�; sin embargo, nadie habla sobre c贸mo reformar铆an la Polic铆a o las Fuerzas Armadas, sobre c贸mo los partidos pol铆ticos podr铆an institucionalizarse (volverse m谩s serios) o sobre c贸mo, al igual que se podr铆a eliminar empresas deficitarias, se podr铆a eliminar instituciones que no sirven, como la Procuradur铆a del Estado.
Tampoco proponen algo sobre asuntos importantes como la devastaci贸n de los bosques, que en 2024 llenaron los cielos de humo y volvieron el aire irrespirable. Esperemos que en los siguientes meses los candidatos no propongan solamente medidas para paliar el problema econ贸mico, es decir lo urgente, sino tambi茅n para resolver lo importante, el eterno problema: la institucionalizaci贸n de Bolivia.

Ignacio Vera de Rada es polit贸logo y comunicador social.