Windsor Hernani Limarino
El modelo social Comunitario Productivo es la fórmula adoptada por el Gobierno para llevar a la economía boliviana a la incertidumbre. Hoy la palabra más utilizada para predecir el futuro es “estanflación”, que implica una desaceleración del crecimiento económico e inflación.
Los indicadores lo confirman. Así, el Banco Mundial, ha estimado que la economía boliviana crecerá éste 2024 en solo 1,4%, y la CEPAL proyecta un crecimiento de 1,7%. Paralelamente la inflación interanual en septiembre llegó a 5.5%, superando la proyección del gobierno, que era del 3.7% hasta fin de año. Llama la atención, la inflación de productos de aseo que llegó a 14%.
El Gobierno, con el propósito de mitigar el impacto –que según ellos se debe a una inflación importada y no a la carencia de dólares– ha decidido bajar el arancel de importación a cero por tres meses, para los productos de higiene personal como: pastas dentales, desodorantes, antitranspirantes, jabón de tocador, pañales, detergentes, entre otros.
Para un correcto entendimiento de la medida, cabe recordar que Bolivia tiene vigentes varios acuerdos comerciales, como: el Acuerdo de la Comunidad Andina con Colombia, Ecuador y Perú; el Acuerdo de Complementación Económica N° 36 con Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay (Mercosur), por medio de los cuales, con carácter recíproco el arancel de importación es cero. A ello se suma acuerdos bilaterales como: el Acuerdo con Chile (ACE N° 22), con México (ACE N° 31) y con Cuba (ACE N° 34), por los que, en el mismo sentido, son rebajados o anulados los aranceles; generando lo que técnicamente se denomina una zona de libre comercio suramericana.
En caso de que los productos provengan de otros países, que no sean los suramericanos, el arancel que se cobra al ingreso es de 10% o 5% sobre el valor de la mercancía.
Es decir, por efecto de los acuerdos comerciales las mercancías provenientes de cualquier país suramericano –excepto las Guayanas y Surinam– hace más de una década pueden ser importadas y no pagan arancel. Por ello, la medida adoptada desconcierta, porque el efecto de la rebaja arancelaria para los productos de aseo, que en su mayoría provienen de los países vecinos, tiene un impacto marginal.
Lo afirmado puede ser fácilmente comprobado recurriendo a la base de datos de acceso a mercados y aranceles disponible en la página web de la Asociación Latinoamericana de Integración ALADI (https://www.aladi.org/accesoamercados/arancelesdeimportacion/), ya que el servicio de consulta arancelaria de la aduana nacional está interrumpido.
Según las cifras del IBCE, de enero a agosto del 2024, Bolivia importó artículos de aseo por un valor de 112 millones de dólares, siendo los principales proveedores aquellos países que tienen preferencias arancelarias, que en conjunto representan más del 51% del total de las importaciones. Los principales proveedores son: Perú con el 35%, Brasil con el 15%, Colombia con el 10% y México con el 6%.
Lo anterior, son solo las importaciones formales y por ello, para un correcto diagnóstico de la medida, es necesario incluir el comercio informal.
En ese caso, es de todos conocido que existe una amplia y diversificada oferta de artículos de aseo en los mercados populares, que en su gran mayoría provienen del contrabando y que independientemente de su origen, por su naturaleza ilegal obviamente no pagan algún tipo de derecho arancelario o impuesto; lo cual relativiza aún más el efecto de la rebaja arancelaria.
Por último, cabe mencionar que cualquier modificación arancelaria, tanto en la CAN, como en Mercosur, son contrarios a los compromisos asumidos, porque se trata de tener un arancel externo común entre los países miembros.
En definitiva, sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que la anulación del arancel para los artículos de aseo es solo medida cosmética, que intenta cambiar la apariencia, pero no tiene efecto sobre la esencia.
El modelo social Comunitario Productivo está en su etapa terminal y sus autores intentan desesperadamente de maquillar el desastre que han causado; sin embargo, la realidad no se esconde y la historia económica implacablemente juzgará, dando a cada quien lo que le corresponde.
El autor es economista y diplomático.