A sus 45 años de edad, Leandro Limachi, pese a su discapacidad psicomotora, no se desanima y todos los días hace muchos esfuerzos para llegar desde su casa en Chasquipampa hasta su pequeño puesto de venta de la calle 21 de San Miguel. Leandro tiene dificultades para hablar y para movilizarse, pero eso no le impide trabajar para "no ser una carga" para la familia. La mejor forma de ayudarle es comprando sus productos.
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