Con llanto y tristeza familiares, vecinos y compañeros de kínder, acompañaron los restos de Camila M., la niña de cinco años que falleció sepultada en la mazamorra que ocurrió el sábado 23 de noviembre en Bajo Llojeta. Su cuerpo ahora descansa en el Cementerio General paceño, mientras las investigaciones del hecho continúan.
La niña cursaba el kínder y estaba próxima a graduarse, por lo que fue emotivo el momento en el que presentaron su diploma de egreso durante el entierro.
La madre, visiblemente afectada solo pedía perdón a su pequeña por no haberla podido socorrer. “Perdóname, hijita, por favor perdóname”, repetía con lágrimas.
De acuerdo con el relato de los padres de la niña, la familia no vivía en esa zona y el día del siniestro estaba de visita con su mamá en la casa de su tía, donde fueron para invitar a sus parientes al agasajo que realizarían por la graduación de kínder de Camila, actividad que era este viernes.
Según los familiares, la niña estaba junto con sus primos en la planta baja de la vivienda y cuando ocurrió la tragedia, uno de los primos intentó sacar a los pequeños, pero no logró hacerlo con Camila.
La búsqueda de la menor de edad fue angustiante para sus padres, ya que en primera instancia no podían ingresar al lugar debido a la cantidad de lodo que sepultó a la pequeña. Fueron varias horas después que bomberos expertos hallaron el cuerpo.
Posteriormente fue velada en uno de los albergues habilitados en la zona y luego la trasladaron a una funeraria de la zona Miraflores, desde donde ayer la llevaron al camposanto paceño para dejarla en lo que será su última morada.
Las personas que se dieron cita en el lugar pedían que se castigue al o los culpables del hecho, además de que se agilice el retiro del lodo ya que necesitan recuperar lo poco que se pueda de sus pertenencias, además se teme de otro posible deslizamiento de masa, si es que llueve.