El deslizamiento en Caranavi dejó incomunicadas a varias poblaciones yungueñas y del Beni que ahora enfrentan el desabastecimiento de alimentos, agua, vituallas, medicamentos, además de combustible para la maquinaria pesada. En los mercados de la sede de Gobierno, se comenzó a sentir la falta de frutas provenientes de los Yungas.
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