La devaluación del boliviano con referencia en el mercado paralelo del dólar, agudiza la situación de la gente más vulnerable, en especial de los informales, que viven al día.
La crisis económica se va agudizando a pesar de las declaraciones de las autoridades del sector, y una muestra clara es el incremento de la pobreza, debido al encarecimiento del costo de vida, a esto se suma la incertidumbre social y política que vive el país. Aproximadamente 4 de cada 10 habitantes son pobres, con serias limitaciones para satisfacer sus necesidades básicas y tener una digna calidad de vida.
La devaluación de la moneda nacional frente al dólar y a otras de la región, ahondan el problema de compras de las familias más vulnerables, pues se reducen sus adquisiciones y provoca que el dinamismo de la economía vaya a un ritmo menor.
“Bolivia se encuentra en un 3er. lugar en pobreza a nivel Sudamérica, lo que quiere decir que aproximadamente 4 de cada 10 habitantes de nuestro país son pobres”, según el presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero.
El último dato que se tiene de pobreza en Bolivia, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), es de un 37,7% al 2022, agregó e indicó que se estima que este indicador ha aumentado, no solo considerando la difícil situación económica que atraviesa el país, lo cual afecta los ingresos de sus habitantes, altamente informales, sino que también, según datos del Censo 2024, nuestro crecimiento poblacional fue bajo desde el 2012, por ende también puede afectar a la incidencia de la pobreza en Bolivia.
“Con una crisis multidimensional, entre lo económico y político, principalmente, las posibilidades de la gente de nuestro país sea más pobre, es alta. Lo cual tenderá a complicarse con la inflación”, alertó el economista.
El diario chileno Pulso publicó un ranking de la pobreza, en la que ubica a Bolivia en tercer lugar, con 36,3%, mientras que por encima están Argentina con 52,9% y Venezuela con 51%, y por debajo están: Colombia, Perú, Ecuador y Paraguay.
La inflación es un problema serio, hasta lo político afecta a la gente, pues crean incertidumbre sobre el mañana y hace que la gente sea más pobre.
La escasez de dólares en el mercado nacional ha provocado que los precios de los productos se incrementen, tanto nacionales como importados, también la pérdida del poder adquisitivo de la moneada nacional, en alrededor de 50%.
“Mientras el país se incendia, los precios se disparan, las colas para comprar combustibles son un problema del día a día, el empleo se deteriora, ni hablar de la falta de dólares, etc., los líderes del MAS (los irresponsables que han gobernado Bolivia desde hace casi 20 años) de calentura en calentura, de delito en delito, de abuso en abuso”, escribió el exdirector del Banco Central de Bolivia (BCB), Gabriel Espinoza, en su cuenta @g_espinoza.
Filas
Mientras el diputado Walthy Egüez, de Creemos, informó el lunes pasado que las filas para comprar arroz, carne y otros productos recrudecen en Santa Cruz, en especial en los supermercados de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), cuya empresa se encuentra en entredicho por las denuncias de corrupción.
“Los que pensaban que no iba a llegar lo que pasa en Cuba y lo que está pasando en Venezuela estos son los primeros indicios, si como pueblo no nos paramos firmes para extirpar el cáncer que es el ‘masismo’, la situación podría empeorar”, alertó.
Las inspecciones de verificación sobre la supuesta “normalidad” en los costos y existencia, y de alimentos de la canasta familiar básica, ratifican la necesidad de cambiar al modelo económico estatal, afirmó.
La falta de combustible en diferentes estaciones de servicio a nivel nacional, también provoca un aumento de los productos, a pesar de los anuncios de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Boliviano (YPFB) de aumentar la oferta, la situación no mejora.
Por otra parte, el consultor financiero Mauricio Ríos García, escribió en su cuenta @riosmauricio: “Insólito: los productores nacionales exigían devaluar el boliviano para exportar más, pero hoy, luego de la devaluación, aplauden a Arce por militarizar fronteras para evitar que sus productos, que son subvencionados, salgan del país. Es la tragicómica política económica de Arce”.