El crecimiento de la economía nacional está en duda ante un panorama adverso, por la escasez de dólares, falta de combustibles y baja productividad.
La crisis económica se va agudizando y ya llegó al bolsillo de la gente, que no puede realizar las compras habituales, debido a la devaluación de la moneda boliviana, cuya situación provocará mayor pobreza y desocupación, de acuerdo a un análisis realizado por economistas en un coloquio económico, organizado por Comunidad Ciudadana (CC).
El economista y exdirector del Banco Central de Bolivia (BCB), Gabriel Espinoza, así como la directora del Inesad (Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo), Beatriz Muriel, coincidieron por separado, que Bolivia registra la más baja productividad, consume más de lo que produce.
Ese contexto provoca un déficit comercial, ante la caída de las exportaciones de gas natural a mercados de Brasil y Argentina. Asimismo, la situación tiende a agudizarse con la finalización del contrato con los argentinos.
El problema de Bolivia es la productividad, producimos menos de lo que consumimos, sostuvo Espinoza, a tiempo de indicar que el 70% de los productos que compran los bolivianos viene de afuera.
Sobre el tema, Muriel, al exponer “la situación del desempleo y la situación laboral”, indicó que hay un aumento de unidades económicas con cuatro trabajadores, y estas asociaciones tienen un bajo capital en inversión para mejorar el rendimiento, cuya situación está relacionada a la baja productividad.
Hay posibilidad de que las unidades económicas reduzcan sus operaciones en el tiempo, y las medianas y grandes empresas no se han dinamizado en los últimos años, por tanto, pueden correr la misma suerte, según la economista.
Las ventas al exterior bajan en comparación a las gestiones 2023 y 2022, entre 1.300 millones de dólares a 2.700 millones. El gas natural y los minerales bajaron sus ventas, en contraposición los productos no tradicionales remontaron, pero es insuficiente.
Hace tiempo, el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (Ibce), Gary Rodríguez, dijo que una de las formas de crecer y crear empleo formal es a través de la exportación, y el sector agroindustrial tiene muchas oportunidades, debido a la demanda de alimentos.
Esa situación del comercio exterior, principalmente por la caída de la venta de gas natural, provocó que la economía no pueda recuperarse de la falta de dólares, luego de reducir drásticamente las reservas internacionales el Gobierno, de alcanzar 15.000 millones de dólares en 2014 a 1.796 millones a abril de 2024.
La escasez de dólares en el mercado nacional está provocando un reajuste de precios, en especial de los productos importados, por encima del 15%, y en algunos casos llega a 30%, cuya situación afectó al poder adquisitivo de los bolivianos.
El dólar oficial al tipo de cambio fijo casi no hay en el mercado nacional, por lo que los comerciantes, las empresas y la gente deben acudir al paralelo, y comprar a un valor mayor, que oscila entre 9 a 10 bolivianos, pero cada día va cambiando.
Tanto Gonzalo Chávez, Gabriel Espinoza y Ernesto Bernal, por separado, apuntan al déficit fiscal, el problema de la falta de dólares, a través del gasto público que no bajó a pesar de la caída de los ingresos.
El incremento de los precios por la escasez de dólares provocará inminentemente un aumento de la inflación, reflexionó Espinoza, a tiempo de indicar que una de las primeras tareas del Gobierno es “estabilizar” este indicador.
El economista sostiene que el flujo bajo de recursos, amenaza a las empresas que no tengan plata para enfrentar la actual coyuntura, podría perder activos y volver a la pobreza; y esta situación conlleva al desabastecimiento de productos.
Pero también mayor desempleo, y un aumento del mercado informal y la precarización del trabajo, sin seguro social de largo plazo, con sueldos mínimos y sin beneficios sociales, como el aguinaldo.
Los porcentajes de informalidad de Bolivia varían, pues mientras otros indican que alcanza a 85%, Muriel sostiene que hay un 75%, y señala que la implementación del doble aguinaldo deteriora la situación laboral.
La tasa de trabajadores que no cuentan con aguinaldo va en aumento, aproximadamente el 78% de personas no cuentan con este beneficio, datos que también reflejan la situación de la informalidad, expuso.
Situación económica de las familias
Por otra parte, Espinoza explicó la caída de los ingresos de los bolivianos antes de la pandemia y pospandemia, y registra un 15% menos de lo que ganaba antes de la emergencia sanitaria, pues los bolivianos ganan en promedio 2.700 bolivianos, tanto en el mercado formal como informal.
A eso suma el panorama de desabastecimiento de productos, indica que la marca de algunos productos deberán ser reemplazados por otros, ya que no llegarán por el problema de los dólares y reitera que se viene un aumento de la inflación.
Aclaró que el problema del dólar es de las empresas, pero de las personas tiene que ver con el incremento del precio de algunos productos en el mercado nacional. Sin embargo, Muriel sostiene que en 2014 se registró un punto de inflexión, al caer los ingresos, y se observó un escenario de recesión en el contexto laboral.
Asegura que promover el gasto público no es intensivo en mano de obra. Y alerta que se puede presentar una estanflación, crecimiento congelado y una mayor inflación, sino se hacen ajustes macroeconómicos.
Soluciones
Para Espinoza se tiene que abordar primero la estabilización, para luego ir por el ajuste estructural, tanto Muriel como Chávez, por separado, coinciden con la propuesta, pero además señalan que la reducción del gasto público es vital para bajar el déficit fiscal.
En la actual coyuntura con un tipo de cambio paralelo, Muriel sugiere abrir mercados y generar mayor productividad interna y promover el desarrollo productivo, sobre todo intensivo en mano de obra.
Además, plantea cambios en la regulación laboral, pero con equilibrio, sin afectar a la empresa ni al trabajador.