El cofundador del emprendimiento EnerGea, Hernán Zabala, explicó que trabajan en la gestión de lámparas fluorescentes para reducir la contaminación de este producto en el mercado nacional, pero ahora la propuesta de Laboratorios de Bagó abre un nuevo desafío en el tema de las ampollas.
“Nos gusta el tema de innovación”, dijo y señaló que con Bagó se comparten bastantes valores, en particular en el tema de la circularidad, es decir, dar un nuevo uso a un residuo que ha sido desechado.
La intención es trabajar con instituciones de salud a nivel nacional y recopilar estas ampollas que en algún momento han salvado vidas, pero ya pasó su uso principal, ahora toca transformarlo y aprovecharlo de otra manera y cumplir una función más, informó.
“Dentro del vidrio tenemos un proceso estricto, en cuanto al tema de la selección, lavado y secado, también el tamizado”, indicó a tiempo de señalar que vieron distintas oportunidades para la aplicación de los trozos más grandes (de vidrio), que bien pueden funcionar en temas decorativos.
Apuntó que se puede trabajar vitrales o mezclar con resina, los tamaños intermedios tienen propiedades reflectivas, que pueden ser utilizadas en pintura vial, para resaltar letreros o señalización y prevenir accidentes. Así como también se puede usar en muebles.
Tenemos procesado alrededor de tres toneladas de ampollas, que fueron recogidos de distintos centros de salud, principalmente de Santa Cruz, Cochabamba, Potosí, Oruro, Tarija y La Paz, en el marco de los 11 convenios suscritos, sostuvo e indicó que esperan que se sumen más instituciones de salud.
Informó que se recolectan las ampollas y los frascos marrones, como los transparentes, incluso los que se utilizan para los jarabes, pero todavía analizan una solución para los antibióticos que requieren un proceso adicional de lavado.
Por su parte, la responsable de Responsabilidad Social de Bagó, Linda Ramírez, aseguró que la empresa está comprometida con la prevención del cambio climático y una muestra de ello es la puesta en marcha del proyecto Servid.
“(…) Ha nacido en función de que el vidrio es uno de los materiales que más tarda en biodegradarse, como 5 mil años, y no lo vamos a ver ninguno de nosotros, por ello han puesto en marcha la propuesta para darle un nuevo uso y no llegue al vertedero.
El vidrio de las ampollas de color ámbar es transformado en diferentes gránulos de acuerdo al tamizaje, requerido para la elaboración de vitrales o en la elaboración de muebles.
Rebus es una empresa que hace muebles para exteriores y utiliza este vidrio en sus mezclas con cemento, dijo y agregó que el laboratorio de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) ha realizado un análisis del material para ver su resistencia y durabilidad.