Uruguay está atravesando una sequía histórica que se ha iniciado en 2020, pero que se vio agravada a partir de octubre de 2022. La principal fuente de abastecimiento de agua dulce para Montevideo y el área Metropolitana es el Río Santa Lucía, y como consecuencia de la extrema sequía, el caudal de dicha cuenca descendió a niveles históricos. Este sistema abastece a más del 60% de la población, aproximadamente 1.800.000 personas.
El Gobierno decretó emergencia hídrica en junio pasado, pero no se espera que la situación de abastecimiento de agua potable se regularice antes de finales del 2023, debido a la escasez de lluvias registradas y a un desalentador pronóstico meteorológico respecto a las precipitaciones.
El proyecto prevé inversiones en infraestructura, equipamiento, suministros e insumos; el financiamiento se estructura en dos etapas: la primera por 40 millones de dólares y la segunda por 20 millones más.
El Programa propuesto contribuirá al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el 2030, particularmente con el ODS-6, Agua Limpia y Saneamiento, donde las acciones previstas permitirán una mejora en el acceso y calidad del agua potable y al ODS-13, Acción por el Clima, ya que las inversiones están orientadas a brindar mayor capacidad al sistema de abastecimiento de agua potable en Uruguay.