Varias personas indicaron que no pueden adquirir medicamentos importados, pues la escasez de la divisa retrasa los pagos y las compras del exterior por parte de las farmacéuticas, también afecta a todos los que compran insumos y materias primas de afuera. Los esfuerzos del Gobierno no son suficientes, pero deja sin productos a la población, a lo que se suma el incremento de algunos de ellos.
De continuar la situación, los analistas en su momento indicaron que empujará a los precios de los productos importados hacia arriba o de lo contrario un desabastecimiento, lo que ya se siente por la falta de insumos médicos en las farmacias.
Como se recordará en marzo comenzó a sentirse la escasez de dólares, debido a la caída de las Reservas Internacionales Netas (RIN) del Banco Central de Bolivia (BCB), que de 15.000 millones de dólares en 2014 llegó al 30 de abril de este año a 3.158 millones.
A la fecha se desconoce el nivel de reservas que tiene Bolivia, pues el BCB dejó de publicar los datos semanales desde febrero, cuya falta de información provoca una serie de especulaciones, como que la entidad emisora estaría en la cornisa.
Ya en marzo los medios internacionales indicaban que a Bolivia se le acaban los dólares y la falta de la divisa amenazaba al “milagro económico” de la región sudamericana, que en la bonanza económica creció más que las naciones vecinas.
La escasez del dólar continúa en el mercado nacional, los empresarios e industriales lamentan que la falta de la divisa provoque retrasos en la compra de materias primas e insumos, ahora llegó al sector de salud, pues las farmacéuticas solicitaron la divisa al Banco Central de Bolivia (BCB) para adquirir insumos médicos.
En las redes sociales la gente expresó su preocupación debido a que no puede adquirir algunos medicamentos en las farmacias, debido a que no tienen dólares para traer los insumos al mercado nacional.
En su momento, el economista y exdirector del BCB, Gabriel Espinoza, indicó que la afectación no sólo llega al sector formal sino también al informal, pues el tipo de cambio se elevó a casi 7,5 bolivianos por dólar en la frontera.
Medidas
Hay que recordar las medidas implementadas por el BCB, como el Bono Remesa, cuyo objetivo apuntaba a que los familiares de los migrantes puedan adquirirlo en dólares y el pago de interés en bolivianos; también está la compra a los exportadores a un precio de 6,95 bolivianos y la venta directa al público en las ventanillas de la entidad emisora.
Las dos últimas provocaron filas en la entidad emisora y provocó un mercado paralelo. El BCB decidió programar las ventas en línea para reducir las filas y fijan las fechas para la venta, que oscilaban entre una semana a un mes.
Hace unas semanas atrás, en declaraciones a la prensa, el presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Pablo Camacho, lamentó que la escasez de dólares provoque un retraso en la compra de insumos.
Aunque, indicó que empresarios adquieren la divisa a un tipo de cambio superior al oficial, que oscila entre 6,86 para la compra y 6,97 para la venta, ahora el dólar está por encima de los 7 bolivianos en el mercado paralelo, cuyo costo se pasa a los consumidores, en algunos casos.
Aunque el gobierno aseguró que la divisa se vende al oficial, mientras los economistas señalan que la devaluación encubierta no es reconocida por las autoridades del sector económico, entre tanto los productos suben de precio, inclusive del contrabando.
Ya medios nacionales reportaron la inquietud de los importadores por la falta de dólares, en especial al sector que compra medicamentos del mercado exterior.
Falta plata
La iliquidez en la que se encontraría el gobierno habría provocado que no se pueda cancelar a los consultores del parlamento y la vacación permitirá aliviar la falta de recursos.
Hace unos días atrás, se aprobó el crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de 500 millones de dólares, pero en criterio de economistas los desembolsos no serían de inmediato ya que los organismos internacionales tienen una política respecto a este tema, pero tal vez haya una excepción ante la crisis que vive Bolivia.
Los parlamentarios del MAS adelantaron que una parte de esos 500 millones irán a parar al Tesoro General de la Nación por los desembolsos que hizo para el pago del Bono Contra el Hambre, sin embargo, también recordaron en las redes sociales que para la cancelación de este beneficio se acudió a préstamos internacionales del Banco Mundial y el BID, por alrededor de 700 millones de dólares.
El 9 de septiembre de 2020, una nota publicada en su página web del Senado indica que la entonces presidenta de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), Eva Copa, afirmó que el Bono contra el Hambre de 1.000 bolivianos será financiado con los créditos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Banco Mundial (BM), que suman 704 millones de dólares para darle un respiro económico que sufre la población por las improvisadas políticas gubernamentales para afrontar el coronavirus.
Mientras, tanto el 12 de noviembre de 2020, el presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, promulga la Ley 1345 que aprueba el préstamo de hasta 450 millones de dólares del BID, y la Ley 1346 que aprueba el financiamiento del Banco Mundial (BM) por más de 54 millones, de acuerdo a la página web de la presidencia.gob.bo.