Ante el agotamiento del modelo económico primario exportador, rentista, comerciante y centralista, los economistas sugieren achicar el Estado y dar más protagonismo al individuo para el desarrollo de la economía nacional, así como generar mayores fuentes de trabajo formal.

A pesar de que la realidad muestra que el modelo del Gobierno se benefició de los altos precios de las materias primas en el mercado internacional, y que la caída de la producción de gas redujo los ingresos del país, ahora se suma la escasez de dólares y la caída de las Reservas Internacionales Netas, que a abril llegaron a 3.200 millones de dólares aproximadamente, el gobierno insiste en su receta.

Ayer el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, aseguró la vigencia y fortaleza del modelo económico boliviano que permite generar mayores ingresos y una inflación controlada pese al contexto internacional adverso, según ABI.

Sin embargo, no mencionó el alto costo de la inflación baja que deben pagar los bolivianos, pues las subvenciones tienen un precio de 2.000 millones de dólares, y los combustibles se llevan la mayor parte, luego están los alimentos.

El ministro se esforzó en medios estatales de señalar que el Modelo Económico Social Comunitario Productivo (Mescp), está asentada en pilares como una fuerte inversión pública, redistribución de los ingresos y la industrialización con sustitución de importaciones.

Al respecto, los economistas le recuerdan que para la gestión 2023 bajó el presupuesto de la inversión pública en 20%, de 5.015 millones de dólares en 2022 a 4.006 millones en 2023, con una ejecución de un poco más de 50%.

Con respecto a la estabilidad económica, la misma viene desde los años 80 con el decreto supremo 21060, pero la misma se encuentra en peligro pues el centralismo sólo provoca incertidumbre y ausencia de seguridad jurídica.

La autoridad de Estado resaltó el crecimiento económico en el primer trimestre de 2,3%, pero los datos oficiales muestran que es menor a lo registrado en 2022 y a datos antes de la pandemia.

El Presupuesto General del Estado (PGE) 2023 prevé un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 4,86%, una inflación de 3,57% y un tipo de cambio sin variación.

Modelo

Para el economista y docente a la Universidad Católica Boliviana, Gonzalo Chávez, el modelo económico del Gobierno es “un muerto que se olvidó caer; mientras que para el doctor en economía Antonio Saravia, el país está en crisis, y lo compara con “un auto que se dirige al despeñadero con un chofer dormido”, opiniones expresadas en Diálogos al Café de Ceres Bolivia.

Chávez sostiene que la actual administración de Estado destruyó el excedente económico, pues “ahorcaron a la gallina de los huevos de oro”, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).

Mencionó los problemas que tiene el país en el corto plazo, como una caída de las exportaciones, en 30%, que provocó un déficit fiscal que se tradujo en escasez de dólares, negada por las autoridades.

A eso se debe sumar la falta de información de las Reservas Internacionales, también observado por organismos internacionales; Bolivia registra una inflación reprimida debido a los altos subsidios que no se pueden financiar y ya presenta una desaceleración del crecimiento, reflexionó Chávez.

Acotó que el empleo informal crece debido al tipo de cambio a través del contrabando y la burbuja del consumo se mantiene, el gobierno lo llama desarrollo.

Sostiene que a pesar de los ingresos por la venta de gas, no hubo diversificación productiva y la propaganda de la industrialización no marcha.

Ante ese panorama adverso planteó reducir el déficit recortando gastos, racionalizar la inversión pública, bajar los gastos de la propaganda pública, achicar el Estado, recuperar la independencia del Banco Central de Bolivia (BCB), reformar el tema tributario y trabajar en un pacto fiscal, así como ampliar la base tributaria, incluyendo a mineros y cocaleros.

Estatismo

Mientras que para Saravia el estatismo es el problema fundamental, pues no deja actuar a las personas y no les deja asumir su responsabilidad sobre su desarrollo individual.

Afirmó que el Estado es muy grande y Bolivia está en los últimos lugares en libertad económica, de un índice de 177 países, el país está en el puesto 167.

Saravia mostró, por ejemplo, como el Estado no sabe administrar a entidades estatales, al indicar que 12 empresas públicas han perdido plata desde que se inauguraron.

Por ello dijo que no sólo empieza a tener problemas por el tamaño sino también por la burocracia, impuestos altos y cupos a la exportación, cuyas observaciones afectan a la economía nacional.

Saravia aseguró que el objetivo principal es la libertad del individuo, Chávez señala que es importante para el desarrollo pero no es suficiente, ya que el mismo es una construcción compleja, en la que confluyen el público, el privado y la academia.

Chávez sostuvo que falta capital humano, lamenta que no haya innovación tecnológica y el emprendedurismo no recibe el respaldo necesario.

Los economistas a su manera, por separado, indicaron que el sector privado es importante en el desarrollo de la economía nacional y que no debería ser desplazado por el Estado, sino todo lo contrario, ser complementario al público.

Saravia apuntó a que el Estado debería ser chico y más bien debería ser fiel a proteger la propiedad privada, de esta manera garantizar la libertad económica del individuo, que podría ser un incentivo importante para el desarrollo del país.

Indicó que el 85% de la economía informal muestra que no se tiene garantizada la propiedad privada, a esto se debe sumar la tramitología y el control de precios por el estatismo.

Dijo que los grandes centros de consumo en diferentes ciudades del país no muestran un capitalismo salvaje, sino de sobrevivencia.

Por ello sugiere medidas drásticas, pero que son necesarias, como flexibilizar el mercado laboral, eliminar el doble aguinaldo y los cupos de exportación, rebajar impuestos, dejar que pensiones vuelva al mercado y trabajar en brindar seguridad jurídica para que los individuos generen desarrollo.

Mientras Chávez opina que el estado debe dar las directrices para que los individuos puedan generar actividades económicas, Saravia reitera que la libertad económica es vital para que el individuo pueda generar su propio desarrollo.