China viene por los recursos naturales de los países de América Latina para ayudar a su economía que ya está alicaída. Información de medios internacionales señalan que el gigante asiático ingresó a una desaceleración, una de las compañías inmobiliarias más grande, Evergrande, se declaró en banca rota. Bolivia tiene un déficit comercial con el país asiático.
La coyuntura local y regional acapara el foco, pero en el mundo se están moviendo cosas muy importantes. El jueves que pasó Evergrande (la compañía inmobiliaria más grande de China), que para que tengan una perspectiva de la magnitud, debe 340 mil millones de dólares, o 7,7 veces el PIB de Bolivia, se declaró en banca rota, escribió el economista Gabriel Espinoza Y. en su @g_espinoza.
Los países que tienen grandes cambios comerciales con el gigante asiático deberán encarar una caída de la compras ante una desaceleración de su economía.
Bolivia registra déficits leves desde antes del 2005, pero en los últimos años la cifra fue significativa, que bordearon los -1.700 millones de dólares, frente a unas ventas menores en 800 millones.
La relación comercial entre Bolivia y China a inicios del siglo XXI era incipiente, tomó impulso a partir del 2011, cuando las exportaciones superaron los 300 millones y las importaciones los 1.000, por su parte el saldo comercial siempre fue deficitario para Bolivia, señala el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (Ibce).
El 2022 se marcó un pico importante en el comercio entre ambos países, las exportaciones bordearon los 800 millones de dólares y las importaciones bolivianas desde China superaron los 2.500 millones de dólares. Al primer trimestre del 2023, las ventas externas al país asiático registran un crecimiento del 19%, y las compras externas bajaron 7%, en relación al mismo período de la pasada gestión, agregó. A nivel internacional, los medios indican que la crisis de China podría incidir en un bajón de precios de algunas materias primas, como los minerales, mientras que en el consumo de petróleo gravita todavía el tema de la guerra Rusia-Ucrania.
“Tres cosas al respecto de China: 1. El principal motor de la economía china no son las exportaciones, es el sector inmobiliario, así que se viene el frenazo fuerte; 2. La crisis también afecta al sector público (y en gran medida fue creada por el Gobierno central chino). Los esquemas inmobiliarios en China incluyen a gobiernos locales, tasas reguladas, bancos que le prestaban a los que compraban casas, a los que construían y también a quienes vendían tierra (casualmente, muchos gobiernos locales). El potencial desastre es mayúsculo; y 3. Para rematar, como el crédito iba principalmente al sector inmobiliario, se dejó de poner recursos en otros sectores que han ido debilitándose también. En resumen, lo que se viene podría ser terrible”, advierte Espinoza en su Twitter.
Mientras el economista, Ricardo Robaina, escribió en su @_NOALCOMUNISMO que la economía china está en caída libre . . . todo lo que la hizo crecer ahora conspira contra ella . . . y Xi Jinping sabe que una invasión a Taiwán sería el tiro de gracia, da más explicaciones de lo que sucede con el país asiático en su artículo Los fantasmas de Xi Jinping: entre la economía y Taiwán.
“Los números, durante casi tres décadas, fueron los que sostuvieron, lo que el mundo denominó “el milagro chino”. Pero no se trató de ninguna intervención celestial. Por el contrario, se basó en la apertura absoluta del comercio internacional y de la producción masiva de productos de consumo a costos mínimos, sin importar los derechos laborales. Detrás de ese envión económico, se encontraba un régimen sólo interesado en robustecer los datos”, señala Robaina.
Hoy, tras diez años de Xi Jinping en el poder, esos valores de crecimiento y bonanza están desapareciendo. Y las alarmas se encienden, no sólo en China, sino en el resto del mundo.
Para tener en cuenta: Las exportaciones cayeron 14,5% entre julio de 2022 y el mismo mes de este año; el país entró en deflación, lo que podría desnudar signos de una posible recesión; y el desempleo entre los más jóvenes está en un nivel récord: en junio alcanzó 21,3%. A tal punto preocupa esto a Beijing que prohibió publicar esos datos oficiales los próximos meses, señala el economista en su artículo.
Pero eso no sería todo, sino que brinda más datos, como que los créditos han caído a niveles de 2009; los desarrolladores inmobiliarios -Country Garden y Evergrande- están en jaque y a punto de declararse en default. El segundo de ellos se presentó en convocatoria de los Estados Unidos; una de las financieras más importantes -Zhongrong International Trust- también muestra graves debilidades lo que hace temblar a los mercados locales. La compañía ha dejado de pagar a al menos cuatro grandes clientes por un total de 19 mil millones de dólares.
Asimismo, menciona que el precio de las propiedades se desploma, lo que muchos temen que pueda significar el inicio de la explosión de una burbuja. Los dueños deben más por su casa que lo que ésta vale, por si no fuera poco el yuan está en su valor más bajo en 16 años frente al dólar. ¿Es la moneda con la que sueñan los países miembros del BRICS?
A ese panorama adverso se debe sumar que los nacimientos están en contracción y China ya no es la nación más poblada de la Tierra, galardón que ahora lleva India, cuya economía está en crecimiento. Esto es particularmente grave teniendo en cuenta la masa laboral que hará falta en unos años y aún no nació, advierte.
Pero también, los grandes bancos recortaron sus proyecciones de crecimiento por debajo de 5%; y la deuda interna de los estados es monumental, lleva un arrastre de años. El problema es tan evidente que grandes ciudades enfrentan dificultades para proveer servicios básicos, sostiene el autor del artículo.
Paul Krugman, Premio Nobel de Economía y editorialista del diario The New York Times, cree que la situación es grave pero que no afectará mayormente al resto del mundo, ni a los Estados Unidos. Dice que vivirá su 2008, pero -casi- en soledad. En su última columna titulada ¿Hasta qué punto asusta la crisis China?, el autor plantea: “Ahora viene China, con un sector inmobiliario aún más hinchado que los de las naciones occidentales antes de 2008. China también tiene un sector bancario en la sombra grande y muy problemático. Y tiene algunos problemas singulares, en particular las enormes deudas de los gobiernos locales”.
Invasión
Entretanto, una invasión a Taiwán podría empeorar las cosas de manera incalculable. Además de los riesgos militares que quedaron demostrados en Ucrania, China podría afrontar una recesión absoluta por la paralización total de su comercio internacional. Por el estrecho donde se desarrollaría una guerra con la isla, transitan la mayoría de los buques que llevan y traen productos y alimentos al país. ¿Qué empresa marítima arriesgaría su flota en la zona más caliente de la Tierra? ¿Qué haría Xi con semejante freno económico? La situación actual sería añorada por el establishment chino.
Pero además, una guerra de esas características podría envalentonar a los otros vecinos que disputan cientos de islas con Beijing. ¿Cuántos frentes estará dispuesto a abrir el jefe del régimen?