Para el presidente del Colegio de Economista de Tarija, Fernando Romero, los DEGs se deberían considerar un pasivo internacional o parte de nuestra deuda externa, ya que son activos financieros que se deben reponer y con el pago de un determinado tipo de interés.
“Esos fueron monetizados a dólares americanos al tipo de cambio (TC) de la fecha; cuando los mismos quieran ser adquiridos por Bolivia, deberán comprar en dólares americanos los DEGs al TC vigente, a un costo mucho mayor, además del costo financiero. Actualmente, al 31 de agosto del 2023, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), solo tenemos 33,72 millones de DEGs, unos 44,51 millones de dólares, quedando sólo un 8,55% de lo asignado para este año”, explicó.
Los Derechos Especiales de Giro se usan generalmente en casos extraordinarios cuando un país requiere recursos de manera rápida y efectiva, lo que puede demostrar signos de problemas en las finanzas públicas, sostiene.
Es decir, nadie se presta dinero o empeña sus joyas si es que tiene recursos disponibles o en exceso; el hecho de hacer uso los DEGs implica asumir un pasivo, el pago de intereses y el costo de oportunidad de este tipo de capital, aseguró Romero.
El último dato oficial del Banco Central de Bolivia (BCB) respecto a nuestras Reservas Internacionales Netas (RIN), indicaba que teníamos a abril del 2023, 54,4 millones de DEG, pero es evidente que se usaron estos meses. La gran pregunta es porqué y sobre todo para qué ¿pagar deuda externa? ¿financiar el gasto público extraordinario? ¿subsidios?, cuestiona el economista.
Las reservas a esa fecha alcanzaban a 3.200 millones de dólares y en agosto debería haber salido el nuevo dato de las RIN, pero a la fecha no hay esta información.