La pérdida en exportaciones a causa del bloqueo evista alcanza a los 500 millones de dólares en más de una semana, la conflictividad del país repercutirá en menos ventas y dólares, de acuerdo al gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (Ibce), Gary Rodríguez.
“Todo bloqueo, cualquiera sea el motivo y cualquiera sea el bloqueador, literalmente, bloquea la posibilidad de un mayor desarrollo del país”, aseguró Rodríguez en contacto con la prensa de La Paz.
Explicó que Bolivia necesita paz social para invertir, producir, exportar, importar, generar divisas, empleos e ingresos, pero la escalada de bloqueos afecta a los productores agropecuarios, industriales, exportadores, importadores, transportistas, prestadores de servicios, comerciantes, turistas, trabajadores, consumidores, entre otros.
Ante la imposibilidad de parar una crisis en curso, el no poder avanzar en la recuperación económica para que el Producto Interno Bruto (PIB) crezca más, sumado al deterioro de la imagen del país en el exterior, la situación se complicaría, alertó.
“Cuando el PIB del país apenas ha crecido 1,31% en el primer trimestre del 2024, lejísimo del 3,71% esperado por el Gobierno para este año; cuando la inflación hasta septiembre fue del 5,53%, superando en más del 50% la meta oficial de 3,6% para todo el año; cuando nuestras exportaciones han caído 1.500 millones de dólares hasta agosto y las importaciones han bajado 1.000 millones de dólares; justo cuando lo que más precisa Bolivia es paz social y el imperio de las garantías constitucionales para invertir, producir y exportar más, el negativo impacto supera ya los 500 millones de dólares, debido a los bloqueos por más de una semana”, señaló Rodríguez.
Recapituló los problemas que enfrenta la economía boliviana, como las largas filas para cargar combustibles, que retrasa las salidas al exterior; pollitos y cerdos muertos en las carreteras; disminución de la oferta de alimentos en los mercados y aumento de su precio; miles de camiones varados con choferes sufriendo las inclemencias del clima; pasajeros que no pueden llegar a su destino en las flotas; exportadores que sufren castigos por incumplimiento de contratos; importaciones de insumos, repuestos, medicamentos y otros que no llegan a tiempo, aumentando los costos de producción o escaseando su oferta en el mercado afectando a los industriales que precisan insumos y repuestos, ya la gente que precisa medicinas; turistas que se arrepienten de venir a Bolivia; comerciantes que ven rota su cadena de distribución; servicios de transporte, parados; baja del ingreso de divisas y recaudaciones del Estado; cierre de empresas, pérdida de empleos, mayor inflación, entre otros, son las tristes consecuencias de los bloqueos.
Imagen país
Asimismo Rodríguez reflexionó que, adicionalmente al costo económico derivado de cualquier bloqueo, se da otro impacto, no menor, de carácter intangible: El deterioro de la imagen de Bolivia en el exterior, al mostrarse como un país convulsionado, sin el cumplimiento de las garantías constitucionales que deben regir por igual para todos.
“Una sociedad que se precie de civilizada debe aprender a resolver sus aspiraciones y diferencias a través del diálogo, con respeto a la ley y a las instituciones, de otra manera, la imagen que se proyecta al exterior resulta negativa. Un país donde la gente impone su criterio, no por la fuerza de la razón, sino, por la razón de la fuerza, constituye la peor forma de ahuyentar la inversión, la producción, el turismo y los negocios”, concluyó.