La desocupación se reduce por la alta informalidad que registra el país, con trabajos precarios y sueldos de sobrevivencia.
Bolivia sigue liderando el trabajo informal en la región con un 80%, mientras la tasa promedio se sitúa en 48%, con mayor incidencia negativa en las mujeres, de acuerdo al último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Según el último informe de la OIT, denominado “Panorama Laboral 2023 de América Latina y el Caribe”, ha establecido que al 3er. trimestre de 2023, Bolivia sigue liderando el trabajo informal en la región, con un 80,8%, señaló el presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero.
La tasa de informalidad del trabajo de la región es 48%, habiendo mayor incidencia negativa en las mujeres. En el caso de Bolivia, se estima que hay un nivel de informalidad laboral del 83% en las mujeres y del 78% en los hombres, las tasas por género más altas de la región, agregó.
De acuerdo a datos de Ilostat, principal fuente de estadísticas laborales, dependiente de la OIT, indica que Bolivia tiene una proporción de la ocupación informal del 84,5%, en los hombres del 82,7% y en las mujeres del 86,5%.
Sin duda, la pandemia y la actual crisis económica que vive el país, día a día está empujando a más jóvenes, mujeres y profesionales a la informalidad laboral.
Pero también la presión tributaria que se ejercen contra los emprendimientos formales, así como la burocracia estatal que frena la apertura de nuevas actividades económicas por el tiempo que demoran los permisos.
A eso se debe sumar, como ya indicaron los industriales las leyes laborales, así como los aumentos salariales, provocan que los empresarios no puedan contratar a nuevos empleados, por la carga social que implica.
Por ello, los industriales solicitaron flexibilidad laboral para dinamizar el mercado laboral y generar mayor empleo formal en el mercado nacional.
A eso se debe sumar, la ausencia de seguridad jurídica en el país a las inversiones y una muestra de ello son los avasallamientos que se registran el oriente del país y en otras zonas, que frenan las inversiones y la contratación de personal.
Análisis
Los datos de la Organización Internacional del Trabajo muestran a Bolivia como el país más afectado por estas condiciones. Chile y Uruguay, en el extremo opuesto, señala el periodista Juan pablo Álvarez en el artículo publicado en la digital de Bloomberg.
Alrededor de la mitad de trabajadores latinoamericanos se desempeñaba en el marco de la informalidad a mediados de 2023, según datos de la OIT. La situación afecta de manera mucho más directa a los jóvenes, entre quienes el empleo informal alcanza al 58% de los trabajadores, contra un 45% de los adultos.
El relevamiento, realizado en 11 países de la región, arrojó un 48% de trabajadores informales, lo que representa una mejora en relación al porcentaje de 2019 (49%), es decir, año anterior a los confinamientos generados por el coronavirus. No obstante, si se tomasen en cuenta todos los países de la región, el número seguramente atravesaría la barrera del 50%, señala la nota.
Con respecto a Bolivia, el país registra los peores números (81 de cada 100 trabajadores son informales), mientras que Uruguay está en el otro extremo (22 de cada 100 trabajadores son informales).
Según otro informe publicado por la OIT, en 2019 Latinoamérica y el Caribe representaban un 7,7% del empleo informal del mundo.
Los economistas Gonzalo Chávez y Gabriel Espinoza, en su momento, indicaron que la informalidad provoca precariedad del trabajo y ausencia de beneficios sociales, así como un salario bajo.
Chávez fue más allá, al explicar que las personas ocupadas y cuentapropistas ganan al día, o sea tendrían ingresos de sobrevivencia.
Los datos del Gobierno manejan el concepto de ocupados y desocupados, y este último habría bajado considerablemente, no pasa del 4%, esta situación fue cuestionada por economistas, debido a que no refleja la realidad de la situación del mercado laboral.