El Banco Mundial estima un crecimiento de 1,4% para la presente gestión, mientras la proyección del alza de precios del Fondo Monetario Internacional quedó corta, de 4,8%, cuando a septiembre llegó a 5,53%.
Los indicadores muestran que Bolivia cerrará con bajo crecimiento que posiblemente sea recesión y una alta inflación, ya superó lo estimado por el Gobierno para la presente gestión. Los organismos internacionales fijan en 1,4%, mientras economistas estiman que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registre un 9%.
La proyección de que Bolivia termine el año con una estanflación, se basa en los datos macroeconómicos como un déficit comercial, una inflación acelerada, menos reservas internacionales, inversión pública y privada reducidas, entre otros.
En un seminario, la economista Beatriz Muriel indicó que la estanflación de la economía nacional era posible; en tanto, el analista económico Gonzalo Chávez también coincidió, por separado, con esta posibilidad.
Mientras el presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero, en contacto con EL DIARIO, explicó que hay riesgo, pero la posibilidad que se dé, sería el próximo año.
De acuerdo al análisis de Romero, hay probabilidad de que el crecimiento se reduzca, a pesar de que después de la pandemia, en 2021, la cifra alcanzó a 6,1%, pero se lo atribuye a un rebote estadístico, mientras el Gobierno indicaba por el manejo de la economía.
Un año después, 2022, el Producto Interno Bruto (PIB) bajó a 3,48%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), mientras reportes oficiales señalan que en 2023 la cifra nuevamente bajó a 3,1%.
Romero indicó que el crecimiento del primer trimestre de 2024, en comparación a años anteriores es bajo. En la presente gestión alcanzó la cifra de 1,31%; en 2023, en similar período llegó a 2.39% y en 2022 fue de 4,76%, de acuerdo a datos oficiales del INE.
La cifra del primer trimestre refleja un proceso de contracción o enfriamiento de la economía; sin embargo, las estimaciones de organismos internacionales señalan que Bolivia no crecerá más del 2%, inclusive podría estar en 1,4% o 1,8%.
La economía nacional está lenta o estancada, reflexionó Romero a tiempo de indicar que evidentemente es posible una estanflación, pero de continuar la misma situación la tendencia continuará el próximo año y podría concretarse.
Inflación
Como se recordará, el Gobierno culpó a la inflación importada, al cambio climático, así como a la especulación, el alza de precios de productos de la canasta familiar, y la situación empeoraría por el contexto internacional, nacional y político.
Además, la época navideña podría incidir en la inflación, por el aguinaldo que recibirá un 20% de los trabajadores, ya que el 80% de los informales no gozan de este beneficio.
Romero proyecta que la cifra de la inflación hasta finales de gestión estaría entre 7% a 9%, pero no causaría sorpresa si se alcanzaría 10%, con respecto a la pasada gestión, de concretarse se quintuplicaría, ya que el 2023 llegó a 2,2%.
Situación
El entrevistado aseguró que la posibilidad de que haya menos crecimiento y una inflación alta, obedece a los conflictos sociales que se registran a nivel nacional y a la ingobernabilidad, así como a la inversión decreciente, la caída del consumo público y privado y a un saldo negativo de las exportaciones.
Coincide, con varios economistas, que el origen del problema está en la escasez de dólares y un tipo de cambio elevado, elementos que contraen el PIB.
Mientras tanto, el Gobierno es optimista y espera que se cumplan sus proyecciones, que dan cuenta que la economía crecería a 3,7%.
Como se recordará, la economía nacional enfrenta dificultades en el abastecimiento de algunos alimentos y la emisión de decretos para establecer arancel cero a algunos alimentos, no será sostenible.
La escasez de combustible también incide en el bajo crecimiento, debido a la falta de divisas.