Al menos, 2.500 hectáreas de tierras calcinadas por el voraz incendio que afectó a la Chiquitanía boliviana están siendo dispuestas para la ampliación de la frontera agrícola con monocultivos, activistas ambientalistas junto al representante del Comité de Defensa de los Valles de Tucabaca, Eder Santibáñez, exigieron al gobierno frenar esa medida.
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