Luis Fernando Romero Torrejón
El pasado domingo, el presidente Luis Arce, mediante una clase magistral, explicó las causas y soluciones de la crisis económica que vive Bolivia, lo cual se puede resumir de la siguiente manera:
CAUSAS DE LA CRISIS Y FALTA DE DÓLARES
1) Caída del sector hidrocarburífero
Detalló sobre la caída en la producción hidrocarburífera, en el caso del petróleo en un 54% y del gas natural en un 40%, durante el 2014 al 2023. Igualmente mencionó el descenso de las exportaciones de gas natural, del 2014-2023, en un 54% en volumen, y de $us 6.011 millones a $us 2.050 millones, durante el mismo periodo, es decir un 66% en valor.
Sin embargo, el presidente no mencionó que durante todo el gobierno del MAS no fue descubierto ni un campo hidrocarburífero de magnitud, donde él formaba parte como Ministro de Economía. Este agotamiento o declinación de la producción y exportación hidrocarburífera y, por ende, del flujo de divisas derivado de los mismos a nuestro favor, es también consecuencia no solo de no haber repuesto lo que se consumía o se vendía, sino que también de una política hidrocarburífera incipiente, traducida en una ley de hidrocarburos que no era atractiva para las empresas e inversionistas estratégicos del sector energético. Nos comimos los huevos y a la gallina.
2) Incremento en la importación de carburantes
En el 2014 se ha consumido en el mercado interno 8,5 millones de barriles de gasolina, de los cuales un 78% era de producción nacional y el 22% importado. En 2023, se ha consumido 14,5 millones de barriles de gasolina, pero solo un 44% fue de producción interna y el 56% fue importado.
En el caso del diese oíl, en 2014 se ha consumido 11,4 millones de barriles, de los cuales el 50% era de producción nacional y el resto importado. En 2023, la figura cambió, se ha consumido 15 millones de barriles, de los cuales el 86% era importado. La importación de carburantes ha crecido en un 128% durante el 2014-2023, de $us 1.110 millones a $us 2.881 millones, un incremento del 160%.
Si bien hubo un efecto relativo en el incremento del precio del petróleo en el mercado internacional y un mayor consumo del sector público y privado en el país, esta mayor importación de carburantes responde sobre todo a la subvención de los mismos. Esta creciente importación se explica por una menor producción hidrocarburífera nacional, pero la causa principal es el hecho de tener gasolina y diésel muy baratos, que estimulan al comercio de contrabando, uso en actividades ilícitas y su consumo en autos chutos, lo cual genera una sobredemanda y, por ende, una sobre importación de un 40% aproximadamente. Mayor importación es igual a mayor salida de dólares, mayor gasto público, fórmula simple. Menor importación es igual a mayor producción de carburantes y a menor uso en actividades ilegales. El gobierno se olvidó de aplicar esta fórmula por años, al parecer. Pero esto es clave, resolver el tema de la subvención a los carburantes, para aliviar en parte el gasto fiscal, pero sobre todo la distorsión ocasionada a nuestra economía.
En resumen, cayeron los ingresos de dólares por exportación de gas natural, subieron los gastos en divisas por la mayor importación de carburantes, el resultado es mayor déficit comercial y fiscal, pero aun así no son reajustados estos temas estructurales.
3) Rendimiento bajo del sector privado en el comercio exterior
Se habló del uso de divisas generadas por el sector público para financiar el déficit comercial del sector privado. Por ejemplo, en 2013 el sector público tuvo un saldo comercial de $us 5.007 millones, en cambio el sector privado de (-) $us 2.665 millones, con un saldo global de $us 2673 millones. En 2023, el saldo comercial del sector público fue de (-) $us 707 millones, del sector privado de (-) $us 2.349 millones, con un saldo global de menos $us 571 millones.
De cierta manera, el gobierno responsabilizó de la escasez de dólares a la ineficiencia del sector privado, que desde el 2007, según datos presentados, importan más de lo que exportan en términos de valor en dólares, y que el Estado ha tenido que cubrir estas diferencias. Lo cual era factible durante la época de bonanza económica e ingresos cuantiosos por la exportación de gas natural, pero desde el 2015, los saldos globales fueron negativos, por la incidencia poco óptima tanto del sector público como del privado.
La responsabilidad puede ser compartida, ya que el sector público es el responsable de la producción y exportación de hidrocarburos, la cual ha caído. A la vez se convierte en un gran importador en dólares, para carburantes y bienes de capital o insumos para sus más de 100 empresas estatales, lo cual significa mayor gasto público. Hay que ver los dos lados de la moneda.
4) Sabotaje a la economía
Según el gobierno hay un sabotaje económico, debido a que hay 1.076,6 millones de dólares en créditos externos que están trabados por temas políticos, que hasta la fecha no son aprobados en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Sin embargo, los mismos se tiene entendido que tienen otro objetivo, financiar la inversión pública, no así para la importación de carburantes, pago de servicio de deuda externa o para que los mismos lleguen al sector privado a través de fidecomisos. Por ende, estos recursos si bien pueden dinamizar y/o reactivar la economía nacional, no solucionarán los problemas de iliquidez en dólares del sector público o privado, al menos no a corto plazo, salvo que se pretenda usarlos en gasto corriente, como ocurre con las RIN.
5) Flujo neto de la deuda externa
El gobierno nacional arguye que en 2023 el flujo neto de la deuda externa fue de -364 millones de dólares, y que hasta agosto de 2024 el flujo acumulado también fue negativo, por $us 715 millones. Esto como resultado de que el pago del servicio de la deuda externa fue mayor a los desembolsos de crédito externo. Esto tiene relación con el anterior punto, ya que existen varios créditos de organismos internacionales que todavía no fueron aprobados ni menos desembolsados. Se reitera, que esto tampoco garantiza sacar a la economía de la crisis económica, ya que los créditos externos tienen o deberían tener el objetivo para la inversión pública, educación, salud, otros, y no para financiar el gasto corriente, como se observó con el informe del BCB respecto a nuestras reservas internacionales netas.
6) Elevación del precio del petróleo
Así mismo, según el gobierno, hubo una influencia negativa por el petróleo, cuyo precio de 2015 a 2020, en promedio fue de $us 50 por barril, y de 2021 al 2024 su precio internacional promedio fue de $us 80. A pesar de que, a medida que suba el precio internacional del petróleo, esto influirá en un mayor gasto en la importación de los carburantes, se reitera que el factor que más influye para la sobredemanda de diésel y gasolina es la subvención a los carburantes y sus efectos nocivos ya explicados. Por lo tanto, esta problemática estructural tanto fiscal y monetaria, no es determinada plenamente por el mercado del petróleo, el cual de cierta manera se mantiene estable.
7) Inflación importada y contexto internacional
En su explicación, el presidente Arce habló del incremento en el precio de servicio de transporte de los contenedores, que del 2012 al 2020 tenían un costo promedio de $us 1.800 a 2.000 por unidad. Esta situación cambio rotundamente, cuando en septiembre 2021 subió a $us 10.375, luego a finales de diciembre 2022 a $us 1.521 y a julio de 2024 ascendió nuevamente a $us 5.937.
Era evidente, durante y luego de la pandemia, los costos de transporte de los contenedores iban a afectar negativamente nuestro comercio exterior, con mayores costos y, por ende, mayores precios para el mercado interno.
Igualmente, en su discurso, habló sobre el incremento del índice de precios de alimentos de alimentos y bebidas, que en 2022 llegó a casi 150 puntos, y que hasta este año se mantiene cerca a los 135 puntos. También mencionó la subida del índice de precios de insumos industriales que desde el 2016 comenzó a ascender, en 2024 cerca a los 160 puntos. Finalmente, mencionó la inflación mundial que en 2020 fue del 2,9%, llegando en 2023 a un 6,7%.
No se niega la influencia del contexto internacional, ya que después de la pandemia hubo una presión inflacionaria a nivel internacional que no ha terminado de ceder, y Bolivia no fue ajena a sus efectos. Pero la actual inflación del país, cuya tasa acumulada a agosto 2024 es de 4,61%, la cual ya superó por más del doble a toda la inflación del 2023, tiene una causa principal, la escasez de dólares, que derivó en un tipo de cambio paralelo elevado y costos mayores para la importación de bienes intermedios y finales, inclusive de bienes de contrabando. Sí, subieron los costos y productos en el exterior, pero más subió el precio del dólar negro y, por ende, de los productos que son ofertados en el mercado nacional, sean éstos legales o no.
8) Crisis climática
También, se habló de la influencia de los fenómenos climatológicos como La Niña y El Niño, que durante el 2020 al 2023 tuvieron una intensidad fuerte negativa en la producción agropecuaria del país, por producto de las sequías, heladas o inundaciones. Este 2024, se indica que los efectos continuarán con fuerza afectando la producción de productos, como la soya principalmente, lo cual merma el mercado interno, reduce las exportaciones y suben los precios para el consumidor.
Esto pone nuevamente en el tapete la necesidad de usar la biotecnología mediante el uso de semillas transgénicas, que permitan incrementar la producción y productividad del sector agrícola del país, se cubra el mercado nacional, se tenga grandes excedentes para exportar y, por ende, se genere un mayor flujo de divisas a favor de nuestra economía. Pero hay que ser mesurados y sensatos, biotecnología, biocombustibles y otros proyectos, parecen una carga muy pesada para nuestra actual frontera agrícola.
SOLUCIONES PLANTEADAS
1) Reactivación Upstream
Entre las soluciones estructurales del gobierno, Arce ha hablado de la reactivación hidrocarburífera, con 56 pozos en todo el territorio nacional. Hizo una comparación con el anterior gobierno, cuando no hubo ni un pozo exitoso, y en cambio en su gestión de gobierno dijo que hubo 26 pozos aprobados, 16 en ejecución, de los cuales 6 son positivos, incluyendo también el Mayaya.
De éste último se habla de un gran potencial y que el mismo ya sería efectivo para la economía boliviana, aunque todavía falta hacer más estudios específicos para determinar su verdadera potencialidad, tanto para el mercado interno y externo, considerando, entre varios factores, su ubicación geográfica. Es prematuro indicar que este pozo ayudará a sacar a nuestro país de la crisis, al menos a mediano plazo, considerando que esto deriva de un problema estructural en el sector, con muy poca inversión de YPFB y con capitales extranjeros que no llegaron debido a la actual Ley de hidrocarburos, lo que explica “0” mega campos descubiertos desde el 2006.
2) Producción de biocombustibles
Se mencionó la implementación de dos plantas de biodiesel, una en Santa Cruz que ya está en operación con 1.500 barriles por día de producción, y otro en construcción en La Paz, que producirá la misma cantidad. Y otra planta, en Santa Cruz, con tecnología HVO. Sin embargo, se hace notar que para que estas plantas sean factibles y sostenibles, necesitan una provisión continua de materia prima, entre ellas la soya. Además, aunque sea un biocombustible requiere también al menos un 50% del diésel oíl para su mezcla. Esto requiere, por tanto, una participación más grande y activa del sector agropecuario del país, uso de biotecnología, créditos o fidecomisos, normativa favorable y, obviamente, la solvencia en dólares para públicos y privados, a fin de encarar el reto de la sustitución de importaciones, algo que llevará al menos 10 años.
3) Incentivos al sector privado para plantas de biodiesel
También se refirió a los incentivos al sector privado para la importación de maquinaria y factorías para la producción de biodiesel, con un arancel e IVA cero. Además, se habló de fideicomisos para la reactivación y desarrollo de la industria nacional.
Hay que analizar las posibilidades reales para que el sector privado pueda implementar este tipo de plantas, dada la actual coyuntura. Muy pocas empresas van a importar ese tipo de equipos, ya que hay pocos dólares, aparte son caros. Además, esta inversión tiene determinados riesgos tanto del mercado proveedor como del consumidor, salvo que existan unos créditos muy atractivos y normativa idónea. Pero en el presente, no se observa como prioridad del sector privado. Sin embargo, eso apunta a que todavía el gobierno tenga problemas de abastecimiento de carburantes, no se sustituirá la importación de carburantes, a menos a corto plazo. Se requiere antes que nada que se estabilice la economía.
4) Sustitución de importaciones de diésel y otros
Igualmente se planteó la sustitución de la importación de diésel, se estima que con las dos plantas de biodiesel y la planta HVO se sustituirá el 60% de la importación de este carburante, con la producción de nuevos campos un 20% y con la industria privada en un 10%. La meta es que al 2026 sustituyamos un 90% de la importación, es decir solamente importaríamos un 10%, ese es un proyecto muy ambicioso, dada la coyuntura económica y a un plazo muy corto, considerando que depende de que todo vaya sobre rieles, con sus plantas estatales, con las plantas privadas y la producción de nuevos campos. Es un panorama muy incierto y no garantizado, ya que, reiteramos, se debe estabilizar la economía a nivel macro antes de pensar en una meta que no se pensó o logro ni cuando había excedentes de divisas en el país. En dos años no se corrige los resultados de una política hidrocarburífera mal planificada.
Finalmente, se habló nuevamente de una política de sustitución de importaciones a través de incentivos tributarios para la importación y comercialización de bienes de capital y de plantas industriales de los sectores agropecuario e industrial.
Alrededor del 70% de lo que consumimos en nuestra economía es importado, esta cifra puede ser mayor si tomamos en cuenta el contrabando. Este proceso de sustitución de importaciones e industrialización nacional no fue exitoso hasta la fecha, se necesita un cambio de modelo económico, donde se den las condiciones para el desarrollo del sector privado empresarial, a través de inversiones locales como extranjeras.
Mientras tanto, el gobierno busca financiar la implementación de más de 170 plantas industriales estatales, lo cual sigue aumentando el gasto público, como también la necesidad de mayor importación de bienes de capital, tecnológicos y materia prima, que significa también mayor salida de dólares. No se está analizando que en este momento de nuestra economía no es lo mejor un mayor gasto público, sino una mejor inversión, sobre todo en el sector privado, donde estos recursos serían utilizados de una manera más eficiente y sostenible.
CONCLUSIÓN
Agradecemos la clase de economía del presidente, lo que es positivo, pero no resuelve la crisis, ni responde las necesidades de la población en cuanto al desabastecimiento de carburantes, escasez de dólares y una inflación creciente. No se habló de la subvención a los carburantes, tipo de cambio fijo, deuda externa, déficit comercial y nuestro gran problema, el déficit fiscal. Las medidas pueden ser buenas, aunque no perfectas, pero son de mediano y largo plazo, sin embargo, no es lo que la gente necesita ahora. ¿Para cuándo las soluciones objetivas, sostenibles e inmediatas? No todo es culpa del anterior gobierno, ni del clima o del contexto externo, hay que asumir también nuestros errores y responsabilidades, dentro del marco del pragmatismo y democracia, sino seguiremos solo dando cátedra, pero no soluciones.
El autor es Presidente del Colegio Departamental de Economistas Tarija.