Severo Cruz Selaez
El pueblo chileno, congregado en Santiago, tributó grandioso recibimiento, en diciembre de 1952, al dignatario de Estado boliviano, acreditado como Embajador Especial, a la transmisión del mando supremo de esa República. Y ovacionó a la Revolución Nacional (1). Aquel simpatizaba, según la historia, con las medidas de transformación, que asumiría ella, concitando la atención de la comunidad internacional. Esos tiempos no volverán.
Ahora se interpone el fallo de la CIJ en La Haya, de octubre de 2018, que desestimó nuestra demanda marítima. Que nos despojó, en definitiva, de nuestros propósitos reivindicativos. Los estrategas, en materia jurídica, nos condujeron a ese extremo. “Chile, por supuesto, no negocia su soberanía, como me imagino no hace ningún país”, afirmó el presidente chileno en marzo de 2022. E instó a reanudar las relaciones bilaterales, evitando poner la carreta delante de los bueyes. Posteriormente se suscribió la “Hoja de Ruta”, para nuevas relaciones. “Hoy Bolivia y Chile, hemos reafirmado nuestra voluntad de entendimiento y profundización de nuestras relaciones a favor del desarrollo y bienestar de nuestros pueblos”, reiteró, en la ocasión, la Canciller chilena (2).
Bolivia, en consecuencia, celebrará el bicentenario de su fundación, con un sabor amargo, por cuanto el traspié en los estrados de la justicia internacional, fue vergonzoso. Posiblemente con afanes electoralistas, algunos desearán vender humo, manifestando que se continuará insistiendo sobre el tema, debido que éste no habría sido cerrado. También serán mencionados cerca del 2025, los avances, retrocesos y proyecciones de carácter nacional. En la agenda estará inserta, básicamente, la crisis económica, que afecta a exportadores e importadores.
Los personajes que frustraron la reivindicación marítima, aún opinan y tratan, algunos, de hacer política, pensando en las próximas elecciones. Pero la historia los juzgará de manera implacable.
Las pugnas políticas divierten a unos y otros. El agotamiento del gas, que redujo los ingresos al país, se refleja en la escasez de dólares, de combustibles y la pérdida del poder adquisitivo del boliviano, lo que genera mayor pobreza. El tema del mar ha sacudido las fibras más sensibles de la ciudadanía, que se siente ahora frustrada. Hechos que nos deben llamar a la reflexión, para que ningún boliviano vuelva a incurrir en actos ignominiosos.
En suma: con voluntad política, pero siempre con unidad, deberíamos elaborar un proyecto, a fin de promover aproximación, entendimiento e intercambio tecnológico con los vecinos, al margen de tendencias ideológicas, en democracia. Sin tomar en cuenta a quienes alientan actitudes dictatoriales. Eso es lo más importante.
NOTAS
(1) Nazario Pardo Valle: “Calendario Histórico de la Revolución Nacional”. La Paz – Bolivia, 1957. Pág. 133.
(2) “Bolivia y Chile reactivan Hoja de Ruta por nuevas relaciones”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 22 de julio del 2022.