Sergio Pablo Garnica Pantoja
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos mantendrán en vilo a la población mundial por las connotaciones económicas y geopolíticas que desentrañará una vez se conozca quién será el ocupante de la Casa Blanca entre el 2025 a 2029.
En vísperas de las elecciones, los mercados financieros se encuentran estables, esto si se toma como referencia el último mes, índices como: Dow Jones, Nasdaq, Euro Stoxx 50 o el Nikkei 225, luego de alcanzar máximos históricos entre julio a octubre, vienen con una ligera tendencia a la baja; otros indicadores como el índice dólar se mantienen fuertes, pese a la baja de 50 puntos básicos en las tasas de política de la Fed (el banco central de EEUU); los bonos a 10 años de EEUU (referente para el riesgo país) vienen con una pronta recuperación, luego de tocar mínimos de un año en septiembre, hoy se encuentran por encima de 4,3%; el Bitcoin, todo el 2024 estuvo rozando los 70 mil dólares.
Todos estos indicadores independientemente de quien gane, tenderán al alza. Los mercados se mueven primordialmente por dos fuerzas que acompañaron a la humanidad desde su génesis, la aversión al riesgo y el comportamiento rebaño; un nuevo presidente siempre viene impregnado de esperanza, los consumidores tienden a reaccionar favorablemente en los primeros meses de mandato, hasta acomodar sus expectativas sobre el nuevo mandatario. Ahora bien, es importante señalar que por el tipo de campaña y el perfil de los que acompañan a los presidenciables, los mercados reaccionan o sobre reaccionan.
Pero, ¿al boliviano realmente le importa si gana un republicano o demócrata? En mi humilde opinión: No. Bolivia nada tiene que le importe a los EEUU en los próximos cuatro años; el masismo agotó las reservas de gas y el sueño de ser un anillo energético, retrasó la entrada al mercado del litio, quemamos nuestra Amazonia, matamos nuestros ríos y no tenemos la capacidad de mejorar el capital humano, dada la desinstitucionalidad o la corrupción en la que nos sumió el masismo.
Sin embargo, suponiendo que en 2025 tenemos la oportunidad para librarnos de tan pernicioso gobierno, la llegada de Harris o Trump puede a pasar a importarnos por tres puntos divergentes en las políticas demócratas y republicanas.
Política comercial. Con Trump, podríamos ver un aumento en políticas proteccionistas y mayores tensiones comerciales, incluso con países aliados, lo cual podría reducir las oportunidades comerciales para América Latina. Por otro lado, Harris probablemente impulsaría una mayor cooperación multilateral, enfocándose en fortalecer relaciones con la región, en particular en temas de comercio y migración. Para Bolivia, esto podría significar un entorno de mercado más estable y posiblemente más acceso a programas de cooperación en áreas de energía y tecnología verde.
Energía y medio ambiente. Harris apuesta por una transición hacia energías renovables, lo que alinea con el creciente interés global por el desarrollo sostenible. Esto podría atraer inversiones en energía limpia en Sudamérica, una oportunidad clave para países como Bolivia, que cuentan con reservas de litio, fundamental para baterías en el sector de movilidad eléctrica. Trump, sin embargo, ha demostrado su apoyo continuo a los combustibles fósiles y podría promover más inversiones en hidrocarburos, que son estratégicas para Bolivia y otros países andinos.
Política monetaria y riesgos financieros. Una victoria de Trump puede fortalecer el dólar en el corto plazo, haciendo que el financiamiento externo sea más costoso. En el caso de Bolivia, que ya enfrenta desafíos con el tipo de cambio y reservas internacionales limitadas, una posible depreciación de las monedas regionales podría agregar presión adicional sobre el sistema financiero. En contraste, Harris podría apoyar un enfoque más colaborativo con los bancos centrales globales, buscando estabilidad económica a nivel internacional.
En resumen, una presidencia de Harris podría ser más favorable para Sudamérica en términos de estabilidad financiera, desarrollo sostenible y cooperación multilateral. Con Trump podría dificultar la integración y las oportunidades comerciales para la región, afectando potencialmente las reservas internacionales y la estabilidad monetaria de Bolivia, por otro lado, puede influenciar a favor de un candidato que se encuentre en la antípoda del masismo.
El autor es analista económico y financiero.