Sergio Pablo Garnica Pantoja
Eduardo Galeano, el gran escritor uruguayo, lastimosamente admirado por muchos socialistas que les gusta esa ideología por “lo sociable” y la plata, dedica unos párrafos a Bolivia en su libro: “El fútbol a sol y sombra”, del cual podemos sacar al menos dos enseñanzas, no solo para el fútbol, sino para la política.
En las eliminatorias del 93, como indica Galeano: El fútbol boliviano demostraba que la altura no era su único gran jugador, y que bien podía quitarse de encima el complejo que lo obligaba a perder los partidos antes de que empezaran. Con el anuncio del presidente Arce, en su discurso por el aniversario patrio, sobre llevar a cabo tres referéndums, no hemos podido eludir el complejo de perdedores. El gobierno perderá en lo económico, porque los resultados, a la vista más previsibles, generarán conflictos políticos, económicos sectoriales y regionales; lo lamentable es que perderemos todos.
En su afán de enterrar políticamente al exmandatario Morales, conseguirá que el cocalero y sus acólitos bloqueen el país, porque hay algo más del 30% del padrón electoral que no quiere ver ni en pintura a Morales y existe algo más de medio millón de bolivianos, más sus familias, que entienden que si entra el “evismo” pueden perder sus empleos públicos. Este resultado previsible, hundirá las exportaciones, sobre todo del oriente al Pacífico, con las consecuencias para la oferta de dólares e incremento de precios.
Al despejar toda duda de lo incapaces que son, delegarán la responsabilidad de la subvención a la población; esto es un ataque directo a la gente de menores ingresos, irónicamente el pueblo a quien dicen proteger. Aquí el resultado les puede salir por la culata, posiblemente estén apostando por todos los funcionarios públicos y sus familias y apelando a la “racionalidad” del público. En economía su asume que el individuo es optimizador de recursos y que actúa de forma racional, este comportamiento garantiza el beneficio social. Lo racional es eliminar la subvención que distorsiona los precios del mercado y supone un alto costo para el gobierno, y por tanto, una salida de dólares; pero están subestimando otro concepto en economía, el llamado “free rider”, es decir, todos esos pobladores que se benefician sin asumir el costo, que también operan de forma racional y optimizadora, pero sin un resultado social óptimo. Parece que con cualquier resultado perderemos todos, si se levanta la subvención aumentarán los precios, un impuesto a los más pobres, si no se levanta, continuaremos con el déficit fiscal, y el desangrado de dólares.
Con el referéndum de los escaños parlamentarios ocasionarán un conflicto regional, con el cierre de la economía del Departamento de mayores productos de exportación y uno de los que más aporta a la soberanía alimentaria. Porque el objetivo es aislar a Santa Cruz y medir fuerza con la oposición; nuevamente un posible resultado desembocará en incremento de precios y falta de dólares.
En el mundial del 94, cuando nos tocó jugar contra Alemania, Galeano decía: en lugar de encogerse, asustada, en el área chica, Bolivia se lanzó al ataque. No jugó de igual a igual, no: jugó de mayor a menor. Alemania, desconcertada, corría, y Bolivia gozaba. Aquí cortita y al pie, tenemos que librarnos del masismo, de su pusilánime y divisionista política, para enterrar de una vez y por todas, esa secreta maldición venida del fondo de los siglos que nos obliga a perder.
El autor es analista económico y financiero.