Severo Cruz Selaez
En democracia, restituida en 1982, han proliferado los candidatos, a la presidencia de la Republica. 鈥淣o puede concebirse un sistema democr谩tico sin pluralismo pol铆tico, que en el fondo es la objetivizaci贸n conjuncionada de la libertad de pensamiento, opini贸n y asociaci贸n鈥 (*). Muchos, en consecuencia, se dieron aires de presidenciables, entre civiles y militares. Fungieron como representantes de la clase media, de la clase obrera y de la campesina. Enarbolaron diferentes siglas y programas de gobierno. Impulsados, posiblemente, por el af谩n de aprovechar recursos fiscales, se enfrascaron en esa actividad. Hoy nadie los recuerda, ni sus discursos. Pasaron sin pena ni gloria a la historia.
Los elegidos llevaron el pa铆s a la ruina. Dilapidaron los recursos del erario nacional, con objetivos pol铆ticos. Manejaron el se帽uelo populista, para engatusar a ciertos sectores. Incurrieron en actos de corrupci贸n, en instituciones p煤blicas, provocando sangr铆a econ贸mica. Permitieron el crecimiento alarmante del contrabando y narcotr谩fico, del desempleo y comercio informal. Nada dijeron ante el saqueo del oro. Agotaron los recursos energ茅ticos y, posiblemente, Bolivia se convierta en importadora de esos productos. Argentina nos llevar谩 la delantera, en este rubro y dejar谩 de comprarnos gas, lo que reducir谩 a煤n m谩s nuestros ingresos.
Pero ser铆a absurdo e incoherente exigir, a estas alturas, elecciones generales. El pa铆s no requiere el cambio de personas, sino de la adversa realidad econ贸mica. Precisa, en consecuencia, de unidad, de entendimiento y tolerancia, de todos los actores de la historia, quienes, para avanzar hacia la certidumbre, deber铆an deponer, inclusive, tendencias pol铆tico ideol贸gicas. Pol铆ticos, empresarios y trabajadores, deponiendo el orgullo personal e institucional, deber铆an asumir papel protag贸nico para la salvaci贸n nacional. Con estas acciones podr铆an mostrar vocaci贸n de servicio a la naci贸n boliviana. La reticencia y la indiferencia no contribuir谩n a construir un venidero que signifique engrandecimiento nacional.
Los 鈥減residenciables鈥, est谩n, indudablemente, a la expectativa del 2025. Ojal谩 que, en sus discursos, incluyan el tema de la reconciliaci贸n nacional, para resta帽ar heridas, provocadas por la intolerancia y el matonismo. Con el prop贸sito de garantizar las actividades pol铆ticas, sin persecuci贸n. Sin abrir c谩rceles para los opositores. Sin descalificar a los que no coinciden con el pensamiento oficialista. Todo ello ser铆a ideal para consolidar, en un sistema de libertades, la unidad nacional. Para restituir la imagen democr谩tica de Bolivia, en el contexto internacional. A煤n tienen tiempo para pensar, revisar y enriquecer sus postulados pol铆ticos, en circunstancias en que la crisis econ贸mica tiende a profundizarse. Y que no se dejen llevar, por la emotividad moment谩nea.
En suma: he ah铆 una cuesti贸n que estar谩 vigente en Bolivia, de cara al 2025 electoral.
(*) 鈥淒esarrollo y humanismo鈥, volumen I 鈥 No. 3 y 4. La Paz, Bolivia, julio, septiembre, octubre y diciembre, de 1982. P谩g. 58.