Severo Cruz Selaez
Cierta ideología ha enceguecido a los gobiernos de turno y alejado de la realidad. Los tuvimos ideologizados, sin vocación de servicio a la nación boliviana. Tampoco solidaridad con los que tenían poco. Perdieron serenidad y ecuanimidad. Solo ellos poseían la verdad y la razón, los demás nunca. Quienes les contradecían eran objeto de amenazas e intimidaciones. Priorizaron sus intereses mezquinos. En este marco aparecieron los nuevos ricos, en democracia, que hicieron ostentación de su fortuna, acumulada a costa del erario nacional.
Surgieron, por consiguiente, elementos ideologizados que buscaron perpetuarse en el Poder. Arropados con el respaldo de sus seguidores, hicieron de las suyas con el destino patrio. La crisis económica actual es legado de la demagogia, del despilfarro y el despropósito. No hubo desprendimiento para echar las bases de una Bolivia competitiva, pese que el auge gasífero generó importantes ingresos. No hubo renuncia a los apetitos personales, sino apego al dinero.
La mezquindad política nos llevó a la escasez de dólares y combustibles, a la incertidumbre y desesperanza. A la agudización de pobreza, desempleo y hambre. Ahora resulta que, por la crisis energética y falta de dólares, más de un millón de bolivianos, emigrarían al Perú (1), en busca de un futuro mejor. Menospreciaron a los adversarios y se llenaron la boca con improperios. Propalaron la falacia. Manipularon a los incautos, del agro en particular, con el señuelo de que trabajarían por el bien común. Pero practicaron, emulando a los regímenes autoritarios, métodos represivos, persecución, encarcelamiento y ostracismo. Lo hicieron a título de una ideología.
A raíz de aquellas ideologías, inspiradas en el odio infundado contra la actividad privada, no hemos sido dignos de convivir practicando diálogo, tolerancia y entendimiento, en democracia. Esas ideologías nos distanciaron, causando desencuentro. Ellas alimentaron la inquina, el insulto y el revanchismo. Los políticos que sustentaron tales ideologías, adoptando diferentes siglas y discursos, sembraron, según sus propósitos, duda, suspicacia y confrontación. He ahí el resultado de las ideologías, tan controvertidas.
Los quechuas hicieron tabla rasa con los aymaras, posiblemente a título de la ideología de los vencedores. “Los conquistadores quechuas, que al igual que los romanos, trasladaban grandes núcleos de rehenes a los lugares más densamente poblados, a fin de incorporarlos a éstos y evitar nuevos alzamientos” (2), sostiene un estudioso.
En suma: deberíamos construir un mundo menos ideologizado, en la histórica perspectiva de promover la paz duradera por el bien común. Aún es tiempo para hacerlo. Ojalá sea así.
Notas
(1) “Anticipan el éxodo de más de 1 millón de bolivianos al Perú”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 9 de septiembre de 2024.
(2) Cap. Abel Peña y Lillo Escobar: “Síntesis geográfica de Bolivia”. Editorial “Don Bosco”, La Paz – Bolivia, 1947. Pág. 39.